Aniversario 150 de la muerte de Gertrudis Gómez de Avellaneda

Aniversario 150 de la muerte de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Foto: Radio Habana Cuba.

En este día recordamos la partida física -en 1873- de Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Autora de gran intelecto y determinación, sentó las bases de la novela antiesclavista, promovió una experimentación dentro del romanticismo y cuestionó los cánones y prejuicios de la época, lo cual le permitió marcar un precedente en la literatura hispanoamericana del siglo XIX.

Entre sus obras se encuentran las novelas Sab (1841), Dos Mujeres (1842) y Guatimozín, último emperador de México (1846). Su poesía recoge la experimentación modernista y romántica y en su labor para el teatro sobresalen los dramas Saúl (1849) y Baltasar (1858), y la comedia La hija de las flores (1852).

En El discurso de Gertrudis Gómez de Avellaneda: identidad femenina y otredad (2002), la especialista colombiana Brígida Pastor comparte los méritos de esta poetisa.

“(…) fue la escritora cubano-española más sobresaliente del siglo XIX y fue un ejemplo muy destacado, tanto por su vida tan poco convencional como por la expresión de sus ideas liberales en su obra literaria. No sólo se rebeló contra los cánones establecidos por la sociedad a través de sus experiencias personales, también llenó sus escritos de actitudes y sentimientos, eco de su inconformismo frente a una sociedad represiva y convencional.”

En las notas introductorias a ese texto, la ensayista y crítica literaria cubana Nara Araújo significa las características fundamentales de la obra de Tula.

“Poetisa grandilocuente, aun cercana al clasicismo, (…) osó hacer carrera en terreno de hombres (…) En un tiempo en que la marginalidad era asunto de interés literario, y en que el romanticismo exploraba el universo de los excluidos y sojuzgados, Avellaneda combatió la hipocresía con enfado y humor, y construyó personajes que ansiaban su liberación en historias de bandidos y esclavos, mantenidas y malcasadas, y artistas.”

Foto: Cubadebate

A 150 años de su muerte, recordamos hoy el quehacer de una escritora que tuvo a Cuba como un referente para la proyección de su obra. Como expresara Rosario Rexach en Estudios sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda: La reina mora del Camagüey (1995): “(…) no puede considerarse -sin incurrir en pecado contra la verdad- como una cubana militante en el sentido político. Tampoco nunca lo pretendió. Pero negarle su condición de cubana por sentimiento y voluntad es ir más allá de lo que su vida y obra autorizan (…)”

Lázaro Hernández Rey