Arturo Comas Pons: un genio cubano

Arturo Comas Pons: un genio cubano

Arturo Comas Pons fue una figura polifacética y visionaria de la ciencia y la cultura cubanas.

Nacido en Bejucal, actual provincia de Mayabeque, el 5 de junio de 1820, este ingeniero agrónomo, periodista, poeta e inventor destacó como pionero de la aviación en Cuba y Latinoamérica, aunque su legado permaneció décadas en la sombra antes de recibir reconocimiento póstumo.

Cabe señalar que, desde muy joven, fue un patriota opuesto al colonialismo. En esa línea, colaboró con conspiradores y fundó el periódico clandestino El Bejucaleño.

En sus estudios universitarios sobresalió como ingeniero agrónomo, mas, su vivaz intelecto lo llevó a explorar otros campos científicos, incluida la navegación aérea. En esta incipiente disciplina, Comas Pons concibió y desarrolló entre 1890 y 1893 un monoplano denominado «velocípedo aéreo», cuyos experimentos combinaban rigor científico e innovación. Su propósito era contribuir así a la independencia cubana.

Primero creó un modelo en miniatura de 793 gramos, compuesto por una armazón de güines y papel, aspas de cedro y un motor basado en la maquinaria reforzada de un reloj. En pruebas domésticas, el aparato alcanzó tal altura que impactó contra el techo. En 1893, probó un prototipo mayor en canteras locales: la aeronave voló más de 100 metros en trayectoria circular antes de estrellarse contra un farallón, lo que confirmó su viabilidad. Planeaba construir una versión tripulada con aluminio y energía eléctrica, algo revolucionario que anticipó décadas posteriores avances aeronáuticos.

Tras el rechazo a su invento, partió a los Estados Unidos en 1895, donde infructuosamente promovió su proyecto. Previamente, en 1893, había escrito a José Martí, líder del Partido Revolucionario Cubano, ofreciendo su creación para la causa independentista. En la misiva, fechada el 23 de mayo, detallaba:

«Con media docena de velocípedos aéreos se puede arrojar, en medio de la noche, una lluvia de bombas sobre una población o campamento militar […] con el terror que ocasionaría una cosa oculta y desconocida».

No obstante, la propuesta fue rechazada al considerar que el escaso presupuesto con que se contaba para la guerra no debía emplearse en proyectos sin garantías de éxito.

Concluida la contienda, Comas Pons se dedicó a la agronomía y la investigación aplicada sin abandonar su espíritu innovador. Fue profesor y luego director de la granja docente Álvaro Reynoso, en Colón, Matanzas, donde formó a nuevas generaciones de agrónomos. Diseñó un pluviómetro de alta precisión para su época, experimentó con abonos para optimizar cultivos, e instaló un observatorio astronómico en la escuela de Agronomía de Matanzas, fusionando ciencia aplicada y exploración.

Más allá de su labor como inventor y agrónomo, Arturo Comas Pons destacó como poeta de vocación libertaria, faceta esencial para comprender su legado cultural. Combinaba prosa incisiva con recursos retóricos. Sus textos priorizaban la claridad ideológica y el llamado a la acción, usando metáforas vinculadas al vuelo y la libertad. Temas recurrentes fueron la patria, la naturaleza como símbolo de resistencia y la exaltación de la ciencia. Como director de la granja escuela, usaba poemas didácticos para enseñar agronomía, vinculando «el cultivo de la tierra con el cultivo del alma cubana».

En el busto develado en Bejucal en 2013, su figura aparece con un libro, simbolizando su doble condición de científico y humanista. Durante la inauguración, el escritor Omar Felipe Mauri destacó: «Su pluma fue tan herramienta de liberación como sus inventos».

Aunque murió en relativo anonimato, su legado resurgió en la segunda mitad del siglo XX. Recibió homenajes por sus investigaciones aeronáuticas, y los primeros aviones construidos en Cuba llevaron su nombre: “Comas-1” y “Comas-2”, uno exhibido en el Museo del Aire de La Habana. El Museo de Historia de Bejucal conserva sus planos, investigaciones y la carta original a Martí. En 1980, el filme Antes que a nadie a mi patria, ganador del primer premio en el festival de la DAAFAR, lo reconoció como precursor de la aviación cubana.

Fallecido el 22 de agosto de 1948 en Colón, Matanzas. Arturo Comas Pons encarna el talento científico y el patriotismo cubanos. Su obra como agrónomo, periodista y poeta refleja un compromiso integral con el progreso de Cuba. Hoy, su legado simboliza la creatividad técnica al servicio de la identidad nacional, recordando que los sueños, aunque pospuestos, pueden renacer en el imaginario colectivo.

Gilberto González García