Asociación Hermanos Saíz, creciendo cada día
Bien avizoraron, hace 38 años, aquellos noveles creadores, en su mayoría instructores, promotores y técnicos de la cultura, escritores y artistas, el prometedor camino que seguiría el flujo artístico y literario que emanaba de las mentes jóvenes.
Hubo consenso en fusionar voluntades y acciones con el fin de avanzar en la conformación de una vanguardia en defensa de la cultura lozana y fértil, que no olvidara sus raíces, pero que transformara las maneras de hacer y de tocar los corazones más sensibles, dando oportunidades a todos los que de manera voluntaria se sumaran en el empeño.
Y así, paso a paso, sin descuidar detalles y muchas veces de manera callada, fue creciendo aquel frente artístico, adentrándose en cada rincón del país, tocando puertas y sensibilidades, haciendo avanzar el mundo extraordinario de la creación en sus más variadas facetas, todo ello dentro de un movimiento joven de gran simbolismo: la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Orgullosos estarían hoy Sergio y Luis, muy jóvenes combatientes revolucionarios y defensores de la patria; sobre todo Luis, cuyos versos y narrativa lo condujo a enaltecerla cuando los dedicaba al surco, al bohío, al obrero, a sus compañeros de lucha y como denuncia contundente a los males de su tiempo.
Por eso, siguiendo aquellos pasos, hoy los miembros de la AHS no escatiman motivos ni horas para expandir el arte, el buen arte que emana de los jóvenes cubanos, y se crece cada día al compás de su tiempo, sabiéndose hacedores de nuevos motivos en la cultura para llevarla a todos.
Y así andan siempre, escalando sueños, sumando hacedores, contagiando con su alegría y la calidad de la obra, tejida por muchas manos.
Al arribar a su cumpleaños 38, debemos recordar que esta asociación juvenil ha abrazado a varias promociones de artistas e intelectuales cubanos que comenzaron a mostrar su obra al mundo, incluso mucho antes de 1986, fecha de su creación.
Evolucionó como un espacio de legitimidad para la experimentación dentro del proyecto cultural revolucionario y ha sido muy fructífera su existencia, participando de la cultura con un sentido crítico y gran energía.
Despiertas las mentes, el intelecto que no descansa porque tiene vocación de hacer y salvar las cosas sagradas de la patria, como la cultura misma, aún en medio de difíciles situaciones. Porque se impuso la voluntad colectiva ante el pensamiento y la creación, frente a los que optaban en ocasiones por desmovilizarse.
Frente a esos intentos, la Asociación ha sabido ganar cada vez nuevos y valiosos miembros y mantenerlos en constante actividad, con intensas jornadas de programación y de reconocidos eventos que se celebran por toda Cuba.
Varias generaciones de miembros de la AHS se han mantenido enlazados con los de hoy como una gran familia, donde ha primado el respeto, el aprendizaje y la continuidad de objetivos y fines, pero sobre el compromiso desde el corazón, porque de allí precisamente emana el amor por enaltecer la cultura cubana.