Cuando por primera vez se escuchó el grito de ¡Patria o Muerte!

Cuando por primera vez se escuchó el grito de ¡Patria o Muerte!
Foto: Escambray

La explosión del vapor francés La Coubre en los muelles del puerto habanero, el 4 de marzo de 1960, estremeció la casa natal de José Martí situada cerca del lugar, causándole serios destrozos.

Tal fue el impacto de las sucesivas explosiones y la alarma en muchas partes de La Habana, y también en las casas colindantes a aquella centenaria vivienda que atesoraba la historia patria, construida de mampostería pero con techo de tejas españolas.

Seis décadas y media nos separan justamente de aquella trágica tarde del sabotaje imperialista en ese barco, que transportaba armas desde Bélgica para la defensa del país y arrojó un terrible saldo de 101 muertos y unos 400 heridos.

Foto: Granma

Era un instante de ruda faena de descarga del buque, que se transformó en dantesca visión: hierros retorcidos, planchas metálicas lanzadas a decenas de metros de distancia, cuerpos de trabajadores cubanos y franceses mutilados, horriblemente carbonizados, vidas inmoladas también de soldados, bomberos, hombres de pueblo que acudieron a socorrer a las víctimas.

Escenas de impresionante heroísmo popular se sucedieron en aquellos dramáticos momentos.

Toda la vileza y carencia de escrúpulos de los enemigos de la Revolución, encabezados por el gobierno de Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quedaron al desnudo con este crimen.

Una segunda explosión más poderosa que la anterior ocasionó la mayor cantidad de muertos, mientras una nube negra en forma de hongo atómico se elevó a más de mil metros sobre los restos del barco, visible en toda la capital.

Era evidente que fue concebida para causar más fallecidos, incrementar el terror entre la población y sobre todo provocar la muerte de dirigentes de la Revolución, incluyendo al Comandante en Jefe Fidel Castro, que como era ampliamente conocido desde la lucha en la Sierra Maestra, acudía siempre a los lugares de mayor peligro junto a sus combatientes, y realmente los planificadores de la CIA estuvieron cerca de lograr sus propósitos.

Los sucesos de La Coubre fueron una insuperable lección. La consigna entrañable de Patria o Muerte, elevada desde entonces como bandera del pueblo cubano, guarda plena vigencia como símbolo ardiente de patriotismo.

En palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro, aquel entierro de las víctimas fue la síntesis de la disposición de todo un pueblo.

Lo que importa no son los claros en las filas; lo que importa es la presencia de ánimo de los que permanecen en pie. Y no una, sino muchas veces, vimos claros en nuestras filas, en las filas de nuestro ejército; vimos claros dolorosos, como hoy vemos claros en las filas del pueblo, pero lo que importa sobre todo es la entereza del pueblo que se mantiene en pie”.

Foto: Tribuna de La Habana.

Con lo ocurrido en La Coubre, sumaban más de tres mil 400 fallecidos por las agresiones de Estados Unidos contra la nación caribeña desde el triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959.

Como desde hace 65 años, la hermosa consigna de Patria o Muerte adquiere mayor reafirmación de principios y unidad de nuestro pueblo en torno a la Revolución.

Ana Rosa Perdomo Sangermés