El arte educa la sensibilidad del ser humano
Uno de los mayores recursos del siglo veintiuno es su potencial creativo. Se despliega en todas las esferas de la vida. Logra dinámicas interacciones sociales, pues lideran por doquier una notable revolución visual y su principal objetivo, contribuir al consumo. Sobre este asunto de interés para la sociedad cubana reflexionaremos.
Imágenes, micrófonos y sonidos circulan a velocidades impensadas por países, escenarios y contextos diferentes. Al parecer, lo “real” depende de la construcción o la reconstrucción massmediática. Los contenidos y el entretenimiento son entregados a domicilio, las personas de diferentes edades asimilan, negocian o rechazan lo ofrecido. Y, ¿siempre conocemos el uso que hacen de esas mercancías? No, necesariamente. En ese ver y recibir influyen la subjetividad personal y el gusto, este, lo sabemos, no nace, se forma durante un proceso integrador de saberes, conocimientos, experiencias, elementos estéticos y narrativos.
Pensemos en una prioridad reclamada por creadores, instituciones y decisores, pero que no siempre está presente en el día a día. Urge mantener el estable liderazgo de jerarquías en el sistema de interrelaciones socioculturales. Tanto el cine, la radio, el teatro y la televisión son medios productores de cultura, instauran modelos e influyen en la preferencia de los públicos. En ellos nunca puede faltar el cumplimiento de la ley de la verosimilitud (lo que impresiona por su verdad, aunque nunca haya sucedido). Una narración es falsa si carece de este principio. Cada medio tiene un lenguaje específico.
Presentar los conflictos de los personajes con sus respectivos caracteres en circunstancias dadas exige pericia dramatúrgica. Caracterizarlos demanda tener presente que la personalidad humana está sujeta a circunstancias disímiles, de esto deben ser conscientes los equipos creativos.
Arte y servicio público constituyen una unidad inseparable. Cuando un artista es auténtico se borran los contornos entre el ser social y el creador. Lo que cuenta en cualquier formato o género debe trascender el didactismo a ultranza y el compendio sociológico edificante. Le corresponde debe llevar en sí, honestidad artística, valores axiológicos, estéticos, un balance provocativo en beneficio de cualquier sociedad.
A veces lo obviamos, el artista, al crear una nueva obra de arte para el espectador, crea también un nuevo espectador para la obra de arte. En primera instancia, lo que el arte nos enseña es a aguzar los sentidos; lo que el arte educa es nuestra sensibilidad. Los diseños visuales más agudos, sugerentes y cálidos son, apenas perceptibles, solo debemos estar atentos, y ver, sin imaginar jamás que lo hemos dicho todo.