El Che destacó brillo de Fidel durante la Crisis de Octubre

Cuando el 22 de octubre de 1962 el presidente estadounidense John F. Kennedy, responsable de la agresión por Playa Girón -que tantas vidas costó- decretó el bloqueo naval a Cuba por la “amenaza a la paz y la seguridad” y demandó la retirada de los cohetes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la nación cubana ya estaba en pie de guerra y no se amilanó, pues conocía tales amenazas y actos desde el mismo triunfo de la Revolución.

Aquellas jornadas sucesivas fueron definidas después por Ernesto Che Guevara en su carta de despedida enviada a Fidel como “los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe”. Y agregaba: “Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días”.

Todos los colectivos de trabajadores, estudiantes, campesinos y amas de casa previamente se habían preparado en cursos intensivos para salir al frente de batalla en el momento necesario, en apoyo a las Milicias que ya ocupaban las trincheras ante el llamado de ¡alarma de combate! y la convicción de ¡Patria o Muerte, Venceremos! Sin embargo, la vida continuó su cauce normal, sin sustos ni apresuramientos.

Se elevó la capacidad defensiva del país y se creó un sistema de seguridad nacional que lo disuadiera de esas intenciones agresivas imperialistas, por el alto precio político y en vidas humanas que tendría que pagar si osaba materializar otra vez la invasión directa a Cuba.

Fueron trece días de angustia en el mundo por el peligro inminente, en virtud de un proceso de amenazas, presiones, enfrentamientos y negociaciones. Los misiles
instalados en Cuba por parte de la URSS solo eran un pretexto que le venía como anillo al dedo a los yanquis en su escalada de hostigamiento, la cual contemplaba, incluso, invadir a la “oveja descarriada”, a la “islita rebelde y comunista”.

Para muchos en el orbe, las causas de esa crisis radicaba fundamentalmente en los cohetes y no se preguntaban las razones por las cuales estaban instalados en  Cuba, que en realidad se debían a la inminencia de una agresión directa de Estados Unidos y la necesidad de disminuir la ventaja de armamentos nucleares con respecto a ese país.

La Crisis de Octubre (como se conoció en Cuba desde entonces) tuvo la respuesta inmediata. Ya desde el 29 de septiembre el Gobierno Revolucionario había definido que “el Congreso de Estados Unidos puede dictar normas dentro de las fronteras de su país, pero a lo que a nosotros concierne, su resolución tiene tanto valor como un papel en el cesto, con destino al basurero de la historia”.

En el comunicado público realizado por el Comandante en Jefe Fidel Castro se expresaba que no existirían las garantías de que hablaba Kennedy en los arreglos
diplomáticos con la URSS si, además de la eliminación del bloqueo naval, no se adoptaban las siguientes medidas:

“Cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económica; cese de todas las actividades subversivas, amenazas y actos agresivos contra Cuba, incluida la infiltración de espías y saboteadores; cese de los ataques piratas; retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por Estados Unidos”.

Al no tenerse en cuenta por las partes Estados Unidos – URSS) estos cinco puntos propuestos por Cuba, no se garantizó en lo sucesivo la paz verdadera en el Caribe y las agresiones contra el mayor archipiélago de las Antillas continuaron y aún hoy, al cumplirse seis décadas, se mantienen.

Como colofón de aquella peligrosa situación, una vez más el imperialismo sufrió la derrota, no obstante las decisiones soviéticas de retirar las armas. La soberanía y la continuidad de la Revolución Cubana y sus transformaciones para una sociedad más justa, para el Socialismo, se mantuvieron inalterables. Así fue y así ha sido en estos 60 años, y así continuará.