En Cuba, abiertas las puertas de las enseñanzas

La apertura en Cuba de un nuevo curso escolar, este lunes primero de septiembre, es ya otra victoria de la Revolución Cubana, en medio de la difícil situación económica y el hostigamiento que enfrenta cada día.
Hoy, con júbilo multiplicado, los niños, adolescentes y jóvenes de esta tierra indómita, junto a sus docentes y familiares, acuden a esa cita con los saberes y reencuentros, siguiendo la expectativa de lo nuevo que le depara ese tránsito por el presente y hacia el futuro.
Se saben protegidos ante la sociedad, porque por muy duros que sean los tiempos, nada empañará la alegría del aula, de conocer quizás nuevos maestros y profesores, nuevos amigos que se incorporan ahora a un nuevo nivel de enseñanza, incluidos los más pequeñitos que acuden por primera vez.
Y esto sucede de manera simultánea a lo largo y ancho de Cuba. Desde bien temprano todo ha estado listo en cada centro escolar para dar la bienvenida a los educandos, con iniciativas locales y el acto de apertura del curso, un encuentro feliz convertido en tradición cada septiembre.
No ha sido poco el esfuerzo de los claustros de profesores y los organismos e instituciones que han trabajado arduamente para hacer posible un buen inicio de este curso, que incluso abarcó la reparación de algunos centros. Por eso también el llamado a hacer un uso óptimo de los recursos, «cuidar más lo que tenemos para contribuir a la economía del país».
El personal docente como es habitual fue seminariado durante las últimas semanas para actualizarse de los objetivos del curso, los cambios en contenidos y perfiles de algunas asignaturas, toda vez que tanto el Ministerio de Educación (Mined) y el Ministerio de Educación Superior (MES) se empeñan en ir perfeccionando formas, métodos y estilos de hacer, para elevar los conocimientos de los educandos y la exigencia, partiendo del lograr un mejor trabajo en función del completamiento de la plantilla docente.
El Comandante en Jefe Fidel Castro siempre consideró la educación como una de las principales fortalezas de la Revolución, orientada no solo para el presente de Cuba, sino esencialmente para su futuro. Con respecto al papel del educador, consideró que, junto a su constante preparación cultural, debe plantearse altos requerimientos morales, para poder exigir y ser ejemplo, y a partir de ser un buen profesor, defender los principios de la Revolución, la ideología, la moral y las convicciones políticas.
En este nuevo curso que hoy se inicia, es esencial alentar y apoyar la labor de todo aquel que contribuya al sistema de enseñanza del país, a mostrar respeto y consideración, y a ofrecerle a los educadores el sincero agradecimiento, como merecido reconocimiento social a tan noble y necesaria labor.
¡Feliz curso escolar 2025 – 2026!