En el verano disfrutemos la poesía de Nicolás Guillén
En ocasiones, no pensamos la recreación a partir del disfrute de la lectura. Durante el verano, estrechemos la cercanía a libros y autores. El mes de julio señala puntos de coincidencia con el nacimiento y la partida física del Poeta Nacional Nicolás Guillén. A su legado vigente le dedicamos este segmento de crítica cultural.
La cultura sedimentada del notable intelectual, quien fuera el primer presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba influyó en su prominencia como uno de los grandes poetas de la vanguardia de la lengua castellana.
Para conocerlo en profundidad es preciso seguir un largo y fructífero camino transitado en el periodismo, la investigación y la escritura poética, en los que brilla su particular narrativa centrada en el persistente afán de defender la verdad histórica y el color cubano.
Motivos de son y Sóngoro Cosongo son los poemas de Nicolás Guillén más conocidos universalmente. Han sido traducidos y editados decenas de veces y declamadores de las más diversas zonas geográficas los mantienen en su repertorio.
Leerlos y cantarlos llena de regocijo por su belleza y musicalidad. Leerlo es también una manera de conocernos mejor.
Es evidente la intención de Guillén de llevar a la conciencia del pueblo -blancos, negros o mulatos-, una realidad palpable: el mestizaje étnico y cultural de Cuba. Porque no se trata solo de la mezcla genética, sino de una verdadera transculturación.
Y para plasmarlo destaca esencias imprescindibles al expresar: “El espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá: color cubano”.
Pensemos en esto. Es el sentir elocuente de raigambres presentes en la contemporaneidad y el futuro. Sí, para todos los tiempos. Cubanos y cubanas fortalecidos desde la identidad transculturada de Cuba.