Enrique José Varona, símbolo de pensamiento antiimperialista

Enrique José Varona, símbolo de pensamiento antiimperialista
Foto: Invasor

En carta enviada por José Martí a Enrique José Varona en 1887, reconocía: «Yo no veo en mi tierra, fuera de los efectos naturales de familia, persona a quien deba yo querer más que a usted; por la limpieza de su carácter y la hermosura de su talento». Elogio sincero y merecido para quien fue uno de los maestros cubanos más ilustres y cuya sabiduría le permitió incursionar, además, en el mundo de las letras y el periodismo.

Precisamente fue Varona quien, luego de la muerte de Martí en 1895, dirigió el periódico Patria, fundado tres años antes por el Apóstol, y donde el destacado pedagogo publicara antes el ensayo Cuba contra España.  En ello influyeron sus firmes ideales, la experiencia anterior como colaborador en un periódico camagüeyano y su fidelidad al movimiento revolucionario iniciado en Cuba en 1868, de la cual tuvo que emigrar por sus ideas separatistas.

Gran parte de su pensamiento estuvo al servicio de los problemas de Cuba y en ese sentido alertaba de las condiciones desfavorables frente al avance de la revolución industrial, así como de las medidas en el plano económico y político para integrar al país en el proceso de desarrollo.

El también considerado como Maestro de Juventudes fue, a no dudarlo, junto a Félix Varela y José de la Luz y Caballero, una de las figuras descollantes del pensamiento educacional y filosófico cubano. Y también un reformador, un examinador profundo de las realidades de su país, que proyectó su visión de futuro en sus contemporáneos y la plasmó también en sus libros de poesía y ensayo.

La necesidad de crear no solo una literatura, sino también un arte cubano era una urgencia para este pensador. Nada de esto podía estar al margen de la educación. Quizás haya sido Varona uno de los primeros en Cuba que habló de la educación en el arte. Según él, los pilares para la creación y el entendimiento de la obra de arte estaban en el sentimiento y la emoción.  

Dueño de una sólida y extensa obra, se dedicó a trabajar por la reorganización del sistema educativo cubano heredado de la colonia, anquilosado y deficiente. Puso en práctica ideas de avanzada para abrir las puertas de la enseñanza a diversos sectores sociales, sobre la educación y derechos de la mujer.

El relevante filósofo, maestro, político y patriota murió el 19 de noviembre de 1933 y en la etapa final de su vida había condenado con fuerza e insistencia a la dictadura de Gerardo Machado, a la par que daba apoyo al movimiento estudiantil que se rebelaba contra la misma.

Al fallecer en La Habana, hace 90 años, Varona dejaba una vida dedicada enteramente a Cuba, y con su labor de pensamiento influyó en la educación y el conocimiento de la filosofía, las ciencias, la historia y la literatura, de manera extraordinaria, pero resalta además su profunda formación humanista.

Como legado para sucesivas generaciones, Enrique José Varona y Pera dejó ideas muy preclaras, porque como dijera sobre él Raúl Roa, fue «un vigilante pensador republicano, hombre de una amplia y perspicaz cultura, quien traduce en sus últimos días el pensamiento antimperialista de su tiempo».

Ana Rosa Perdomo Sangermés