Félix Varela, raíz de la obra presente

Félix Varela, raíz de la obra presente
Foto: Tribuna de La Habana

«Nada hay más respetable que la firmeza», expresó Félix Varela con palabras que hoy se sienten entre los cubanos como reafirmación que trasciende en el tiempo y que se suman por estos días al combate por el fin del Bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y la eliminación de la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Quien fue, según José de la Luz y Caballero, el primero que nos enseñó en pensar, parece decirle al actual presidente de Estados Unidos: «Las armas de la calumnia, que tanto se han manejado contra los patriotas en todas las épocas… han sido la principal defensa de los que no han podido encontrarla en la razón y la justicia;…envilecen al que las usa y honran al que recibe sus golpes».

Y ayer como hoy, para todos los tiempos, subrayaba: «…hay hombres infames, para quienes las voces patria y virtud nada significan, pero en los cambios políticos es cuando más se presentan, porque hay más proporción para sus especulaciones».

Especialmente a los elementos a sueldo del imperio estadounidense, cómplices de la mafia anticubana y que profanan su nombre con proyectos anexionistas para volver a los tiempos del gobierno interventor y la república frustrada, el filósofo, pedagogo,  patriota y revolucionario sin par podría advertirles: «El desprecio sigue siempre a los cambia colores».

A personeros así, Félix Varela sigue fustigando con todas sus energías, pese a los años transcurridos: «Se dan el aire de confesores y a veces de mártires de la fe (¡bien merecen ser mártires del diablo!)».

Al igual que lo hicieron los plattistas de ayer, hoy todavía se manipula el pensamiento de Varela por parte de los serviles del imperio, que lo utilizan intentando limpiar su infamia anexionista, pero mutilan y ofenden a quien José Martí llamó «patriota entero».

De él, estos resaltan solo ciertas aristas de su vida y pensamiento, sin acentuar jamás lo que en Varela era más señalado como precursor de la independencia de Cuba e inspirador de los próceres.

En la cátedra de filosofía del Colegio – Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, inició el magisterio e introdujo tal número de innovaciones en sus clases que no sólo terminó renovando el concepto de enseñanza en toda Cuba, sino que multiplicó rápido entre los  alumnos y cada vez mayor número de visitantes su insobornable voluntad de promover cambios radicales en el modo de enseñar, aprender y pensar.

Su aula siempre fue algo más: “Esta es la cátedra de la libertad y los derechos del hombre”, proclamó en momentos en que esas palabras eran prohibidas y la metrópoli española frenaba toda idea criolla.

Félix Varela nació el 20 de noviembre de 1788, hace ahora 235 años, y su legado perdura de manera extraordinaria. Se le encuentra todavía vibrando en el alma de los cubanos que llevan adelante su proyecto social y en las voces que defienden la Patria, manteniendo vivo el espíritu de quien unió, para siempre en Cuba, ética y política.

Su afán independentista prosiguió con Martí, Fidel y su pueblo, volvió a agitar su verbo encendido contra los mercaderes de la política imperial y sus serviles  farsantes que intentan usurpar su memoria, enclaustrarlo en conventos y tergiversar su patriotismo radical.

Ana Rosa Perdomo Sangermés