Hugo: magia y cine

Hugo: magia y cine

La película La invención de Hugo, del relevante director estadounidense Martin Scorsese, es, indudablemente, una excelente cinta en la que se engarzan con inteligencia la tragedia humana, la perseverancia, la fidelidad y la bondad.

Con algunas variaciones justificables, se alude a la vida y la obra de uno de los más grandes de la historia del cine, Georges Méliès, pues realmente el genio no terminó víctima de la depresión trabajando en una juguetería ubicada en el interior de una estación ferroviaria, sino que, al abandonar la producción de películas, a causa de la Primera Guerra Mundial, se dedicó a vender golosinas.

Hugo, principal protagonista, es un personaje singular. Se trata de un niño que vive a escondidas en los recovecos de una estación de trenes de París, en la década de 1930, constantemente perseguido por el inspector, un personaje amargado a causa de su minusvalía, que al final encuentra el amor, con lo que brota en él la bondad que hasta ese momento había permanecido oculta.

Hugo tiene una obsesión: echar a andar un autómata, un personaje mecánico, complejo y delicado, que podemos ubicar entre los protagónicos y, por demás, entre los más relevantes, al servir de enlace entre las dos subtramas principales del filme y desencadenante de la trama.

Resaltan las actuaciones del Asa Butterfield, que encarna el papel de Hugo,  y, por supuesto, el experimentado Ben Kingsley en el personaje de Méliès, este con una excelente caracterización y maquillaje que logran un marcado parecido al genio del cine silente.

Con un argumento basado en el libro La invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick, escritor e ilustrador de libros estadounidense, cuya obra literaria está destinada principalmente al público infantil, la cinta fue realizada en 2011, y ganó numerosos premios, entre ellos cinco Oscar y alcanzó 11 nominaciones a la estatuilla dorada.

Georges Méliès, el mago del cine.

Marie Georges Jean Méliès fue ilusionista y pionero de la cinematografía, a la que dotó de un considerable desarrollo técnico y dramático con el uso de ingeniosos efectos especiales y otros recursos que perduran hasta la actualidad. También produjo las primeras películas en colores, coloreándolas a mano, fotograma por fotograma.

No solo filmó materiales de ficción, sino que, además, registró en el celuloide eventos de la vida real, por lo que se le pudiera considerar pionero del documentalismo; lo extraño es que no hubiera grabado asimismo, escenas de la contienda bélica que le tocó vivir.

Nacido en París, el 8 de diciembre de 1861 y fallecido en la misma ciudad el 21 de enero de 1938, por su genialidad en el séptimo arte es conocido como el mago del cine.

Gilberto González García