Inteligencia Artificial ¿y qué será de los humanos?

Ya desde la década de los 50 del siglo XX, algunos autores de ciencia ficción han explotado en sus obras la posibilidad de que las máquinas se vuelvan inteligentes, se unan y acaben con la raza humana.
La preocupación ha pasado a algunos científicos que consideran la posibilidad como un peligro para la humanidad, porque, en resumen, cuando las máquinas sean capaces de aprender por sí solas, crear conciencia propia y replicarse sin la intervención de las personas ¿de qué les servimos?
Es más, nos convertiríamos en un estorbo. Además, si los aparatos llegan a tener la sabiduría suficiente para darse cuenta de que los Homo sapiens estamos destruyendo nuestro propio planeta, puede que decidan eliminarnos. Aunque, a las máquinas quizás no les interese tampoco proteger la naturaleza.
Lo cierto es que la era digital ya llegó hace algún tiempo, y la interconectividad y la automatización avanzan en una espiral que cada día se hace más amplia. Y la tan anunciada Inteligencia Artificial (IA) también está traspasando el umbral de nuestras vidas.
Ya existe una web a la que usted se puede conectar y pedirle que escriba un cuento o un poema y se quedará asombrado de la perfección del resultado. El lanzamiento de ChatGPT, que así se denomina el sitio, ya está causando preocupación en los creadores y ha motivado las protestas públicas de los guionistas de cine y televisión en los Estados Unidos.
Quizás la preocupación sea precipitada, pues, según confirman algunos expertos en el tema, los escritos generados por la IA son «terriblemente malos».
Por otra parte, están vigentes, y se usan en la práctica, las tres leyes de la robótica, creadas por el genial escritor Isaac Asimov, verdadero padre de la literatura de ciencia ficción relacionada con esa tecnología.
Pero existen dos peligros: primero, que las máquinas se vuelvan tan independientes que un día decidan ignorar dichas leyes y, segundo y más peligroso, que algunos desarrolladores de aparatos cibernéticos decidan obviar las leyes para crear armas robóticas que no respeten la vida humana.
Por ahora, solo nos queda especular y esperar, y aprovechar las bondades de la IA para ayudarnos en nuestro trabajo. El futuro dirá.