La cubanía en las músicas
En la conciencia de los cubanos y las cubanas existe una justa valoración del significado de la música en sus entornos vitales. Este asunto nos motiva a reflexionar sobre géneros arraigados en diferentes mundos simbólicos; pues, de hecho, somos un pueblo musical.
Vívidas piezas entrañables nutren el intelecto y la espiritualidad de generaciones. ¿Qué motiva a compositores e intérpretes imprescindibles en la cultura cubana?
Suelen incentivarlos raigambres renovadas, investigaciones, la búsqueda sistemática de hallazgos. Ninguna creación surge de la noche a la mañana, siempre la antecede un proceso centrado en los estudios sistemáticos de clásicos y contemporáneos.
Nombres relevantes de las músicas cultura y popular entregan en sus obras esencias recónditas de múltiples sentimientos. El hecho de sentir la cubanía emerge en textos, soluciones tímbricas y melódicas. Definitivamente, no existen métodos únicos en las artes al componer e interpretar. Cada artista crea el suyo, el propio, de ahí la cautivadora riqueza que nos seduce al escucharlo en solitario o con acompañamientos en diferentes formatos.
La naturaleza compleja y específica del proceso de creación musical tiene una estrecha relación con el talento y el compromiso auténtico del artista al asumir posturas, ideas, pensamientos o mensajes. El principio de asimilación cognoscitiva de la música puede distorsionarse mediante manipulaciones mediáticas o agresiones encubiertas. Nunca lo olvidemos, la cubanidad exige el compromiso de la conciencia, además de tener en Cuba la cuna, sí, la nación de origen.
El concepto de cubanía implica la eticidad. Desde tiempos inmemoriales el crisol de las guerras anticoloniales marcó de manera particular la identidad cubana, la que nos une y fortalece todos los días en Cuba libre y solidaria.