Laura Martínez Carvajal, una mujer adelantada a su tiempo

Pionera en la historia de la medicina cubana, y de la emancipación de la mujer, lo fue Laura Martínez Carvajal y del Camino, primera mujer en obtener el título de médico en Cuba, específicamente en la especialidad de oftalmología.
Su trayectoria es un testimonio de dedicación, valentía y superación en un contexto social y cultural, en el que las mujeres enfrentaban serias limitaciones para acceder a la educación superior, y a las profesiones tradicionales dominadas por hombres.
A contracorriente de las costumbres de la época, que signaban a la mujer un destino de fiel esposa y diligente ama de casa, Laura consiguió graduarse el 15 de julio de 1889, en la Universidad de La Habana, institución de gran prestigio que en aquellos años comenzaba a abrir sus puertas a mujeres en mayor número, pero con muchas restricciones y prejuicios sociales.
Durante sus años de formación y práctica, no solo demostró una notable capacidad técnica, sino también una profunda sensibilidad hacia las necesidades de sus pacientes, lo que la convirtió en una profesional respetada por sus colegas, y en un modelo para futuras generaciones de médicos.
La oftalmología, campo en el que se especializó, fue una de las ramas de la medicina que más avances experimentó durante el siglo XX, y Laura estuvo a la vanguardia de esos cambios, contribuyendo significativamente al desarrollo de tratamientos y técnicas quirúrgicas, que beneficiaron a numerosos pacientes en Cuba y en otras regiones de América Latina.
Su legado no solo se encuentra en su contribución al campo de la medicina, sino también en su impacto en la visibilidad de las mujeres en esa, y otras ramas de la ciencia, rompiendo barreras y consolidándose como un ejemplo de perseverancia, superación y excelencia profesional.
Pero no pensemos en ella como una mujer ajena a la pasión, más allá de su profesión, porque supo amar y formar una familia en la que procreó siete hijos, a los que amamantó y cuidó, sin abandonar su trabajo.
Tenía predilección por las flores y los animales, fue miembro del Bando de Piedad, fundado y dirigido por aquellos años por Jeanette Ryder, quien dedicó toda su fortuna a rescatar niños y animales abandonados.
Laura también estudió pintura, la que le sirvió mucho para ilustrar sus escritos y un atlas de fondo de ojo que confeccionó.
Su nombre es recordado con respeto en la historia de la medicina cubana, no solo por sus logros profesionales, sino también por el camino que allanó para muchas otras mujeres que, inspiradas por su ejemplo, han decidido seguir sus pasos.
Laura Martínez Carvajal y del Camino nació el 27 de agosto de 1869, en La Habana, y falleció en la misma ciudad el 24 de enero de 1941.