Museo Casa Guayasamín, sello de sincera amistad
La Habana fue testigo del vínculo y la estrecha amistad que unió al Comandante en Jefe Fidel Castro y al pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, desde que en 1961 éste llegara por primera vez a la capital cubana para realizarle un retrato al máximo líder de la naciente Revolución.
En total, la escena pictórica se repetiría otras tres veces: en 1981, 1986 y 1996. La profunda admiración de Guayasamín por la Revolución Cubana conmovió su noble espíritu, el talento creador, y selló una amistad de lazos indestructibles entre ambos.
Fidel reconocía: «Guayasamín fue tal vez la persona más notable, transparente y humana que he conocido. Creaba a la velocidad de la luz y su dimensión como ser humano no tenía límites».
Ese gigante de las artes pretendía realizarle a Fidel un retrato cada cinco años, porque creía que era imposible recrear en un solo cuadro todos los matices y facetas del líder revolucionario.
El hermoso legado del artista ecuatoriano trascendió fronteras y llegó hasta La Habana, donde ha sido siempre acogido con cariño y beneplácito, sobre todo desde que el 8 de enero de 1993 se fundara la Casa Guayasamín, convertida en museo y galería, y que abriera sus puertas al público a partir del día 18 del propio mes.
Y es que allí, en la calle Obrapía, número 111, en La Habana Vieja, se describe la vida y obra del destacado pintor, un tesoro que guarda con celo la antigua casona del siglo XVIII, restaurada por él y la Oficina del Historiador de Ciudad.
Las tres salas expositivas permanentes muestran a los visitantes una importante selección de objetos personales y obras originales del reconocido maestro de las artes plásticas, que donó a Cuba para el disfrute del pueblo cubano, además de numerosas piezas representativas de la cultura latinoamericana.
Reservado para la planta alta de la Casa, se conserva un espacio privado del pintor, precisamente donde él mismo había ubicado su taller de creación. En otra área se destinan espacios para conferencias, proyección de vídeos y exposiciones temporales de artistas plásticos cubanos y extranjeros.
No faltan en ese escenario, dedicado con mucho amor a Guayasamín, otras de sus vertientes como grabados, joyas y objetos decorativos. Él supo captar, desde su humildad y transparencia, la esencia del espíritu latinoamericanista, fusionando la fuerza de la temática indígena con las expresiones pictóricas vanguardistas del pasado siglo.
Así también, logró captar la imagen de los oprimidos, de los rechazados, y la denuncia ante las injusticias y la discriminación de negro. No por casualidad en el año 1999 fue merecedor del título de Pintor de Iberoamérica.
En el recuerdo de los cubanos, con especial cariño y respeto, estará para siempre el legado de este hombre excepcional de Nuestra América y sus creaciones, su amor y apoyo a Cuba y la Revolución, su amistad sincera con Fidel, su solidaridad para el mundo. En la casa museo se muestran dos de los retratos que le hiciera este creador sin par a Fidel, los correspondientes a 1981 y 1996, así como el dedicado a Raúl Castro.
En ocasión del aniversario 30 del Museo Casa Guayasamín, se realizarán variadas actividades, que incluyen nuevas muestras expositivas, entrega de reconocimientos, y encuentros con amigos del destacado artista y asiduos visitantes al lugar. Una luz permanente parece dar siempre la bienvenida.