Nicolás Guillén y el color cubano

Un día como hoy, en 1902, nació Nicolás Guillén, el Poeta Nacional de Cuba. En las consideraciones sobre esa distinción hay elementos relacionados con su poesía, la representación y defensa de las aspiraciones populares, la presencia y reivindicación de la negritud, los ritmos musicales y la puesta en valor de las aspiraciones por un futuro mejor.
Vista en su conjunto, una obra tan prolífica y reconocida genera consensos y diferencias. Los primeros no están exentos de loas multifacéticas, centradas en la forma y el contenido, con más estudios en unos trabajos que en otros o con énfasis encubierto o no a la ideología en detrimento del arte y su contexto.
Más allá de los análisis académicos y los recuentos bibliográficos, las divergencias tampoco escapan ese terreno. Algunas minimizan el cómputo global para alzar hechos puntuales al terreno del absoluto: ver los árboles y no el bosque. Otras, en la misma línea, circunscriben el tratamiento racial, lo exótico y la novedad lingüística como los datos más representativos de una trayectoria extensa y significativa.
Nancy Morejón destaca cómo en su primer libro, Motivos de son (1930), Guillén propone una vanguardia literaria que escapa a los límites de una definición académica del término y descubre al alienado negro cubano su propia belleza, rescatándosela de las manos a la supremacía de los cánones griegos o latinos impuestos durante la colonia.
Para Alejo Carpentier este poeta cubano empleaba el castellano como uno de los mejores del Siglo de Oro español. Por eso calificar su obra como poesía negra demostraba el no entendimiento del alcance de su lenguaje.
“El carácter mestizo de la personalidad social cubana es cultural, no biológico, afirma Nicolás, y al mismo tiempo va más allá: son inseparables la creación de la nueva comunidad y los sistemas de explotación del trabajo y opresión de las personas que han regido en Cuba. La rica diversidad viene del origen múltiple y de los nuevos frutos que sus relaciones van dando, la desigualdad es creada por los sistemas sociales de dominación, que trasmutan la ganancia capitalista en el poder del dinero y el despojo en propiedad privada”, destaca Fernando Martínez Heredia.
Cuando en 1937 escribe España. Poema en cuatro angustias y Cantos para soldados y sones para turistas muchos ven su adhesión al movimiento comunista. Su carácter antimperialista también se manifiesta en ese año con Cantos para soldados y sones para turistas. La Elegía a Jesús Menéndez reafirman la constatación de un compromiso. Che Comandante (1967) y Tengo (1964), su materialización.
Sin embargo, quien fuera presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) nunca abandonó la exploración, los referentes más cercanos a la condición antillana y la trascendencia del cubano como un ser universal. Tras el triunfo de la Revolución ese ánimo estuvo plasmado en varias piezas. Entre ellas están La rueda dentada y El diario que a diario, uno de sus libros más refrescantes y sugerentes, a juicio de Denia García Ronda, directora de estudios de la fundación con su nombre.
Las generalizaciones, incluso en las ciencias, conducen a errores. Por eso recomendable ver al Poeta Nacional de Cuba en toda su amplitud para retomar los elementos imperecederos y valorar sus logros artísticos desde esa integración sorprendente de naturaleza y cultura con que lo calificara Juan Marinello.