No hay tesoro mayor que vivir en familia

Como viene sucediendo cada año desde 1994, el 15 de mayo las familias festejan su día en todo el orbe, y lo hacen reconociendo su gran importancia en el seno de la sociedad, como estructura vital.
La familia cubana transita hoy entre la añoranza, la nostalgia, los aires contemporáneos y las tradiciones más perdurables. Con caminos propios, comparte también tendencias mundiales, su tamaño se ha reducido en las últimas décadas, los acuerdos nupciales ya no son frecuentes, aumentan las uniones no matrimoniales, los divorcios y los ancianos, mientras que disminuyen los hijos.
Nuevos vínculos apartados de la consanguinidad se hacen notar y es imposible hoy hablar de un solo tipo de familia. Los cambios en el comportamiento de ese núcleo básico han marchado a la par de las transformaciones de la propia Revolución y la situación económica de los últimos lustros, agravada por el incremento de medidas genocidas del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Todo ello ha incidido en la conformación de un nuevo modo de vida familiar.
Frente al reto de la modernidad, los cubanos continúan apostando por preservar un espacio para el amor, la tolerancia y, por qué no, también para las contradicciones. Los hijos, no obstante las enseñanzas de los padres, cada día van ganando mayor independencia.
Para algunos, esos son síntomas alarmantes de crisis. Nada que ver, porque se trata de fenómenos no exclusivos de Cuba. Y todos los miembros tienen acceso por igual a los profundos beneficios sociales, tales como salud y educación, empleo garantizado para todos, acceso a la cultura y la urbanización del país, entre otros.
Lejos de desintegrarse, esta va pasando por un proceso de modificación de valores y comportamientos sociales y culturales. Eso sí, continúa siendo referente esencial para cada persona y de cohesión social, reforzado a partir de la pandemia de Covid 19.
Es común aceptar que los más nuevos tienen el apoyo de sus padres para poder culminar sus estudios, que son una ayuda en la solución de los problemas cotidianos. Pertenecer a una familia es garantizar el afecto, la solidaridad y la cooperación, no obstante la diversidad y los problemas de convivencia. Celebrar este día internacional propicia concientizar los procesos sociales que la afectan.