Pedro Miguel Morejón Quintana, mártir de la alfabetización

Pedro Miguel Morejón Quintana, mártir de la alfabetización
Campaña de Alfabetización Foto: Cuba por siempre

Resulta imposible abarcar en toda su grandeza la Campaña de Alfabetización, llevada a cabo en Cuba en el año 1961, sin mencionar a sus mártires.

Entre los jóvenes que dieron sus vidas en aras de erradicar el analfabetismo, se encuentra Pedro Miguel Morejón Quintana, joven obrero, asesinado el 22 de febrero de ese año por una banda de contrarrevolucionarios, con el fallido propósito de frenar la colosal obra.

Aunque no era maestro, se le considera un mártir de la Alfabetización por el apoyo brindado a esa empresa.

Pedro nació el 31 de enero de 1941, en San Pedro de Mayabón, en Los Arabos, provincia de Matanzas.

La situación económica reinante entre las familias desfavorecidas de Cuba, principalmente las residentes en áreas rurales, le impidió estudiar más allá del quinto grado de la enseñanza primaria, cuando se vio obligado a trabajar para ayudar a su familia.

Al triunfar la Revolución, el primero de enero de 1959, se incorporó al nuevo proceso social como miembro de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), simiente de la actual Unión de Jóvenes Comunistas.

Cuando, en el año 1961, su padre fue designado responsable de las brigadas de alfabetización en su zona de residencia, Pedro se entregó a la tarea de ayudarlo en sus labores. Conocedores de sus actividades revolucionarias, los terroristas comandados por Martín Campos, un connotado contrarrevolucionario que operaba en la zona, lo sorprenden y lo capturan, en tanto que un amigo que le acompañaba logra escapar y corre en busca de los milicianos, quienes, después de enfrentar a los alzados, encuentra el cadáver del joven Pedro Miguel, estrangulado con un alambre de púas y acuchillado.

Este se suma a la larga y tenebrosa lista de crímenes cometidos por los enemigos de la Revolución Cubana, alentados y financiados desde los Estados Unidos para frenar el proceso social más justo de la historia de Cuba, el que, entre otros muchos logros, erradicó el flagelo del analfabetismo, cumpliendo la premisa martiana de que, saber leer es saber andar y saber escribir es saber ascender.

Gilberto González García