Pensar el arte desde su diversidad

Algunas personas sienten un sentimiento trágico de la vida. Otras prefieren el humor, pasarla bien o ser sinceros, irónicos ¿por qué no? Incluso contar sobre la soledad sin acudir a las palabras. Dejan correr el silencio en libre albedrío, apenas son conscientes del valor de pinturas, filmes, músicas, fotografías, poemas.
Le invitamos a pensar el arte desde su diversidad. Ante todo, reflexionemos, cuando hablamos de arte en la actualidad, y a pesar de los múltiples espacios, agentes y circuitos existentes, es preciso considerar tres elementos esenciales: el artista, la obra y los públicos. Son ejes de la práctica y del discurso artístico, uno no existe sin el otro.
En gran medida los tres elementos son parte de una estructura participativa. Las audiencias, o sea, los públicos deben ser conscientes de la importancia de ver, descubrir, atender, interpretar informaciones y conocimientos que llegan por doquier. Las experiencias vividas desde la ciencia, la imaginación y el intelecto nutren discursos en diferentes manifestaciones artísticas, estas se nutren de la investigación multidisciplinar en dimensiones sociales, lingüísticas, culturales, siempre motivadoras de búsquedas y hallazgos.
De acuerdo con el filósofo y crítico de arte estadounidense Arthur Danto: “La diversidad de obras impide la existencia de un relato único que englobe todas las posibilidades de hacer arte”.
Sin duda, lo visto, lo evaluado no solo se convierte en un hecho de vida, sino que deviene, más bien, en un espacio liberador, el cual será asumido en tanto razón crítica para la sociedad contemporánea.
Cada obra, si realmente es arte, incorpora preguntas en la mente, hace meditar. Para evaluarla deben coincidir en la perspectiva personal, la observación, la interrogación y el experimento.
Al considerar visiones de lo referido busquemos en diferentes espacios la valía de obras y artistas desde la interpretación participativa. Por ejemplo, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba la muestra Flora Fong Territorios mágicos reconoce la trayectoria, los aportes, las particularidades estéticas de esta creadora reconocida con el Premio Nacional de Artes Plásticas. El galardón valida la artisticidad de la profesional y, además, evidencia que los públicos deben interrogar sus dibujos, pinturas y esculturas, entonces reconocerán ideas propositivas, únicas, provocadoras para conocernos mejor.
Otra propuesta, dentro de unos días, el primer de marzo, comenzará en Santiago de Cuba la edición veintidós del Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam. Sobre este artista vemos y apreciamos puestas en espacios de la televisión cubana. Y mucho antes sus obras enriquecieron el séptimo arte en Cuba y en el mundo.
Fue un cineasta en revolución. Preceptos y acciones condicionaron cada resultado creativo. Para él, “la razón, si no llega en sí la emoción que debe sustentarla, se momifica”. Lector incansable, buscador de referencias, construyó lo propio, lo auténtico, su estilo, lo más difícil de lograr en el arte.
De ningún modo es posible olvidar el paradigma expuesto por el semiólogo francés Roland Barthes al referirse a la muerte de autor. En su opinión los textos no dependen solo de sus creadores, sino de su lectura, por lo tanto, pertenecen a la espera de la recepción.
Hoy coexisten en la vida cotidiana múltiples lenguajes artísticos, si estos inquietan el alma y la conciencia, entonces producen un mejor entendimiento de los universos cultural y artístico, de nuestro ser y acontecer.
Volveremos a este segmento de crítica cultural. Nos motiva pensar junto a las audiencias de dónde venimos y hacia dónde vamos en los ámbitos creativos de la sociedad cubana.