Revolución Cubana, unidad de pensamiento

Revolución Cubana, unidad de pensamiento
Foto: ACN

La celebración en Cuba del Día Internacional del Proletariado es ya una realidad incuestionable. Quienes desde lejos o cerca  trataron de opacarlo con pronósticos poco convincentes, hoy se ven nuevamente derrotados.

Porque la fuerza consciente del llamado por un Primero de Mayo unidos creando fue la diana que movilizó a cientos de miles de estudiantes, campesinos, científicos, intelectuales y artistas, militares y población en general, en torno a la clase trabajadora, en un inmenso desfile en todas las plazas del país.

Y nuevamente se desfiló por la Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana, la misma donde hace 25 años escuchamos emocionados el concepto de Revolución, expresado por el Comandante en Jefe Fidel Castro aquel Primero de Mayo del año 2000, que fue la síntesis de una construcción básica de su razonamiento, que permitió comprender, clasificar y comunicar sus experiencias al frente del proceso revolucionario.

¡Cuántos valores propios de esta Revolución se lograron sintetizar en un concepto más contemporáneo y acabado, a partir del ingenio de su autor, el máximo líder!  Allí sintetizó una excepcional unidad de pensamiento, a partir de la agrupación de objetos y hechos, de forma coherente, integrada por conceptos que contienen las armas, instrumentos y hasta las vías para que la propia Revolución siga adelante.

Entre la situación del momento histórico actual, aquellos meses finales de 2000 y los primeros de 2001, y los años de enfrentamiento al gobierno de los Estados Unidos, está el concepto expuesto por Fidel, que no es un concepto nuevo, es una reiteración materializada en principios, métodos y formas de llevar a cabo la Revolución.

Los catorce preceptos expuestos en la definición son los que nos ha permitido avanzar más de 66 años y exponer ante el mundo los resultados que Cuba ilustra.

Nada escapa de esa definición teórica. Cada línea resulta una suma de principios cívicos y modos de actuación, y cada idea refleja una eticidad y apego a la verdad que le son consustanciales a la propia Revolución Cubana desde sus inicios, el 10 de octubre de 1868.

Se sintió la necesidad de resumir dialécticamente cuál debía ser el alcance y la perspectiva de accionar revolucionario. De ahí el carácter sistémico e integral del concepto elaborado y transmitido por Fidel. Obviamente cada uno de sus enunciados posee valor intrínseco, pero se reduciría su dimensión si se fragmenta la totalidad y esta no se aprehende como una concatenación inalienable.

Ana Rosa Perdomo Sangermés