Solidaridad, deber y razón

El 31 de agosto es declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Día Internacional de la Solidaridad.
La solidaridad es la acción que le permite al ser humano mantener su naturaleza de ser social. Característica de la sociabilidad que inclina al hombre a sentirse unido a sus semejantes, a cooperar entre ellos e incentiva la práctica de buenas relaciones regidas por la empatía, la compasión y el respecto.
Para la Organización de las Naciones Unidas esta cualidad moral resulta un principio básico garante de la paz mundial, una condición imprescindible para la eficacia y la prosperidad de las naciones. Por ello, la ONU como ferviente defensora de la cooperación, fomenta el espíritu solidario propiciado por el deseo del bienestar común.
El Día Internacional de la Solidaridad es festejado en muchas naciones, aunque no todas lo conmemoran de igual manera. Bajo el principio de convivencia fraternal y plenitud de derechos cada país celebra esta jornada según sus tradiciones culturales y deseos del pueblo.
En Cuba la solidaridad es una característica propia de su gente, una condición que prestigias al archipiélago antillano antes otras poderosas potencias en el mundo. Vanguardia en el internacionalismo, el país cuenta con múltiples ejemplos de cooperación y ayuda humanitaria en pos del mejoramiento humano.
Movimientos internacionales de solidaridad en decoro a la honorable labor desempeñada por el pueblo caribeño, festejan el 10 de octubre como el Día Mundial de Solidaridad con Cuba en homenaje al inicio de las luchas independentistas de la nación y a la importancia de fomentar la fraternidad entre los pueblos.
“Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”, José Martí.
Este es un trabajo de Indira Pavot Sánchez, con la colaboración de Alain Argote Espinosa, en la edición.