Eran las 5 y 30 de la tarde del 19 de junio de 1907 cuando, sentada en una amplia butaca de la sala de la casa de su hija Amelia y sumida en una gran pobreza, quedó dormida serenamente para siempre Doña Leonor Pérez Cabrera,
Eran las 5 y 30 de la tarde del 19 de junio de 1907 cuando, sentada en una amplia butaca de la sala de la casa de su hija Amelia y sumida en una gran pobreza, quedó dormida serenamente para siempre Doña Leonor Pérez Cabrera,