Un alimento nada despreciable

Un alimento nada despreciable
Boniatillo Cubano./Foto tomada de Internet

Un humilde fruto de la tierra, que tal vez por común pasa inadvertido, a menos que lo tengamos frente a frente a la hora de comer, es el boniato.

Conocido también como batata, papa dulce y buniato, este noble fruto, cuyo nombre científico es Ipomoea batatas Lin., es la raíz abultada de una planta vivaz, rastrera, de hojas lobuladas y flores en forma de campanilla, perteneciente a la familia de Convolvuláceas.

Nativo de la América tropical, el boniato se cultiva principalmente por sus tubérculos comestibles, ricos en fécula y azúcar, aunque los brotes y hojas tiernas de la planta también se pueden consumir, crudos en ensaladas o cocidos como verdura.

Entre los beneficios del boniato está el abundante contenido de carotenos, precursores de la vitamina A, que aportan a la dieta las variedades de color rosa y amarillo.

El boniato es de exquisito sabor y se puede consumir hervido, horneado, frito, en dulces y acompañando a otras viandas en cocidos como la rica caldosa, a la que confiere ese punto dulzón que tanto agrada al paladar. También cortado en cubos pequeños y previamente frito se le puede agregar a los platillos de carnes molidas para texturizarlos y aumentar su volumen.

Qué cubano no aprecia el boniatillo, hecho con el tubérculo reducido a puré y endulzado, que puede servirse en bolas recubiertas de una corteza dura a base de azúcar o blando en un plato. O el boniatillo parcialmente diluido que se conoce como manjar oriental. Y ese otro dulce tan sabroso conocido como malarrabia que se confecciona cortando el boniato en dados pequeños y cocinándolo en almíbar. Y qué sabroso el boniatillo con coco rallado. Y hasta combina perfectamente con el chocolate.

Rico en hidratos de carbono, fibra vegetal, proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes, se sabe que aporta potasio al organismo, del que necesitamos alrededor de dos gramos diarios y que es uno de los elementos que ayudan a prevenir el descontrol de la presión arterial en las gestantes.

El boniato es un excelente alimento también para los animales, a los perros, incluso algunas razas delicadas que no toleran cualquier tipo de comida les sienta muy bien. Existe la creencia popular de que le confiere lustre y suavidad al pelo a los canes, aunque eso no está demostrado científicamente.

Además, del boniato se puede extraer almidón, útil como apresto para géneros textiles y aparejo de papeles; para fabricar adhesivos y productos para el lavado de la ropa.

Otras bondades de este fruto son, su productividad y que para sembrarlo no se necesitan semillas, solo enterrar un pedazo del bejuco o rejo de unos 30 o 40 centímetros de largo y al cabo de tres meses, más o menos, ya estamos comiendo boniato nuevamente.

Siempre hay que tener en cuenta que tiene un enemigo acérrimo, el tetuán (Cylas formicarius elegantulus Summers), cuyas larvas y adultos se alimentan del fruto, perforando galerías y dejando allí sus detritus, lo que provoca un desagradable olor y sabor, haciéndolo inservible.

Después de escuchar todas las bondades este humilde, pero extraordinario fruto de la tierra, quién dudaría en coronarlo como el rey de las viandas.

Gilberto González García