Voces en el éter: la Radio Cubana

Voces en el éter: la Radio Cubana

Cuando el físico italiano Guillermo Marconi transmitió por primera vez una señal de radio en mayo de 1897, quizás no imaginó la enorme importancia que alcanzaría a nivel mundial aquel descubrimiento.

Menos aun podía pensar que Cuba –en aquel momento inmersa en una guerra por su independencia– contaría hoy con numerosas emisoras radiales, algunas emblemáticas por sus perfiles, como Radio Reloj y Radio Enciclopedia.

Luis Casas Romero: pionero en la radio en Cuba

En la madrugada del 22 de agosto de 1922, una señal de radio atravesó el silencio habanero. Desde su casa en la calle Ánimas, en Centro Habana, el músico y veterano mambí Luis Casas Romero puso en el aire la primera emisora cubana, con un programa que combinaba el estado del tiempo, música y el cañonazo de las nueve. El indicativo radial, 2LC –homenaje a su ilustre nombre– marcó el nacimiento de un medio que transformaría al país.

Poco después, el 10 de octubre de ese mismo año, desde el edificio de la Cuban Telephone Company, en la calle Dragones esquina a Águila, una emisora con equipamiento estadounidense transmitió en español e inglés el discurso del entonces presidente Alfredo Zayas, acompañado por la Banda del Estado Mayor, dirigida por el propio Casas Romero.

Para diciembre de 1923, Cuba ya contaba con 31 emisoras, muchas surgidas de radioaficionados como Joaquín Venero Obregón, fundador de la CMKZ La Voz del Cauto, en Palma Soriano (1934), que llevó cultura a zonas rurales orientales.

La era dorada y la sombra del monopolio (1930-1958)

Los años 30 del siglo XX vieron a la radio convertirse en un gigante cultural y comercial. Para 1939, operaban en Cuba 80 emisoras, pero la década siguiente trajo una feroz concentración empresarial. Surgieron cadenas como el Circuito CMQ, que en 1946 edificó el Radio Centro en el Vedado, un complejo con estudios y el teatro que hoy es el cine Yara. La publicidad de transnacionales estadounidenses inundó la programación, mientras las radionovelas –de las que Cuba fue pionera en 1941– cautivaban audiencias masivas.

En contraste, el 1 de julio de 1947 nació Radio Reloj, innovando con noticias y la hora exacta cada minuto y transmitiendo las 24 horas su icónico «tic-tac». Hasta el triunfo de la Revolución Cubana, la radio en Cuba fue monopolio de consorcios, con el habitual bombardeo de propaganda comercial propia de los medios capitalistas; sin embargo, algunas personas comprometidas con la lucha insurreccional aprovecharon para transmitir, de manera subliminal, mensajes revolucionarios.

Coincidiendo con el aniversario 63 del inicio de la Guerra Necesaria, el 24 de febrero de 1958, nació en las empinadas montañas de la Sierra Maestra la primera emisora revolucionaria de Cuba, cuando el comandante Ernesto Guevara fundó Radio Rebelde. Con un transmisor de 140 vatios, la planta insurgente coordinó la lucha guerrillera. Fidel Castro, reconociendo su impacto, la llamó «instrumento de divulgación masiva con trascendencia política».

Revolución en las ondas: nacionalización y nuevos horizontes (1959-1990)

Tras el triunfo de 1959, la radio vivió una transformación radical. El 16 de noviembre de 1960, el Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL) entregó sus instalaciones al Estado, eliminándose en marzo de 1961 la publicidad comercial. El primero de mayo de ese año surgió Radio Habana Cuba, voz internacional de la Revolución, cuyo primer transmisor, en Bauta, irradió hacia América el discurso de Fidel tras la victoria en Playa Girón, convirtiéndose en el primer vehículo tecnológico para revelar al mundo la verdad de Cuba.

La creación del Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) en 1962 –luego ICRT en 1975 al sumársele la televisión– unificó la red bajo principios «patrióticos, socialistas y de servicio público». Se priorizó la cobertura nacional: en 1959 existían 156 repetidoras, y para los noventa, 800 transmisores llevaban señal al 98 por ciento del territorio. Resaltan emisoras como Radio Enciclopedia, dedicada a música instrumental, y Radio Musical Nacional, especializada en música clásica, además de la consagrada Radio Reloj.

La radio hoy: patrimonio y desafíos digitales

A más de un siglo, el sistema radial cubano cuenta con más de un centenar de emisoras, de las cuales seis tienen alcance nacional, 19 son provinciales y más de 70 municipales.

La digitalización, iniciada en 1998, permite hoy producir audios en formato digital y transmitir vía fibra óptica a 26 centros del país. La mayoría de nuestras emisoras cuentan con páginas web, y muchas transmiten audio en tiempo real a través de Internet.

Investigadores como Oscar Luis López, (La radio en Cuba) y Josefa Bracero Torres (Rostros que se escuchan) han rescatado la memoria de la radio cubana. Libros como CMKZ: Radio Baraguá, de Eddy Bolaños, y Radio Encrucijada Cuba, de Amador Hernández, preservan historias locales que, como escribió Mariana Venero, «merecen ser patrimonio de la nación».

A 103 años de que Casas Romero sacara por primera vez por la ventana la mano con el micrófono para transmitir en vivo el cañonazo de las nueve, la radio cubana sigue siendo «un sonido para ver».

Volviendo al fundador

Luis Casas Romero nació en Camagüey el 24 de mayo de 1882. Fue compositor, flautista, director de orquesta y pionero de la radio cubana. Compartió su vida entre el arte musical, el compromiso patriótico y la innovación tecnológica.

Niño prodigio, inició estudios musicales a los nueve años, integró la orquesta de la Sociedad Popular Santa Cecilia a los 11 y a los 15 se unió al Ejército Libertador durante la Guerra de Independencia bajo el mando del general López Recio.

Tras la guerra, fundó la Banda Infantil de Camagüey (1901) y luego se trasladó a La Habana, donde destacó como flautista y director en teatros como el Martí y el Alhambra, además de ser profesor en el Conservatorio Nacional Hubert de Blanck desde 1909.

Como compositor, creó más de 500 obras, incluyendo zarzuelas, danzones y boleros, pero sobresalió por fundar el género criolla cubana con piezas emblemáticas como Carmela y El Mambí. Falleció en la capital cubana el 30 de octubre de 1950.

Gilberto González García