La Habana en defensa de su patrimonio

Por esa Habana de amores, que es el centro colonial más importante y el segundo más poblado del Caribe, también uno de los más importantes de América, vale la pena seguir batallando contra las huella del tiempo, sobre todo ahora, cuando cumple 505 años de fundada.
Sus habitantes y restauradores se empeñan en conservarla como hermoso legado de continuidad. Nos orgullece su valioso patrimonio arquitectónico, el carácter afable y hospitalario de sus pobladores, la alegría y el esplendor de su majestuosidad a prueba del tiempo.
¡Quién no gusta de desandar sus calles y adentrarse en la Plaza de Armas, la Plaza de la Catedral, la Plaza Vieja y la Plaza de San Francisco de Asís!, dentro de ese Centro Histórico de la Habana Vieja que fuera declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y posee atractivos únicos que lo han convertido en un sitio de preferencia, tanto para los cubanos como para los visitantes foráneos.
Es una hermosa mezcla de arquitectura y testimonio de diferentes épocas, en la que resaltan sus monumentos antiguos, iglesias, conventos, palacios, callejuelas, pero muy interesantes y atractivas resultan las cuatro grandes fortificaciones que se conservan con todos los detalles de la época en que los corsarios y piratas eran una amenaza en el Caribe: El Castillo de los Tres Reyes del Morro, que es el guardián de la bahía junto con el Castillo de San Salvador de La Punta, la Fortaleza San Carlos de la Cabaña con sus cañones apuntando a la ciudad y el Castillo de la Real Fuerza con la urbe a sus espaldas.
Así esplendorosa, impresionante por su gran belleza y grandeza, se levanta esta ciudad, que antes, mucho antes estuvo cercada por una muralla que le servía de protección y cuyos restos aún se pueden observar en la calle Egido, como punto la división que limita la Habana Vieja del resto de la ciudad.
El Centro Histórico de La Habana Vieja y sus fortificaciones sintetizan una zona turística sostenible de tipo cultural, cuyo principal atractivo lo constituye la monumentalidad y riqueza histórico – artística de su espacio.
Durante casi tres lustros se han consolidado resultados socio-económicos y culturales, generando crecimiento y desarrollo en beneficio de esta localidad, lo cual es compatible con la conservación y el resguardo del paisaje urbano, de múltiples tradiciones, de interculturalidad y de la ciudadanía que participa y se beneficia de sus bondades.
Ha sido esta la musa de muchos poetas, escritores e intelectuales cubanos y de otras partes del mundo. ¡Cuánta poesía y música permanente por más de cinco siglos! Y seguirá inspirando cada día!
La Habana, la de todos los cubanos, continúa enamorando a cada paso, con su magia única e irrepetible. Y lo hace convencida de su vigor a pesar de sus 505 años, porque es como el vino añejo, acompañada siempre de la voluntad de sus pobladores y del Estado cubano de protegerla.
¡Feliz aniversario, esplendorosa Habana de mis amores!