Antonio Gades y su inquebrantable compromiso cultural y político

Cuba recuerda con especial cariño, admiración y afecto a esa figura mítica de la danza española y del flamenco, Antonio Esteve Ródenas (1936-2004), reconocido artísticamente en el mundo entero como Antonio Gades, en el aniversario 21 de su desaparición física.
Lo trae en la memoria consciente de su dimensión como gran artista y al mismo tiempo como una persona excepcional por su consecuencia, por su coherencia política y por su apego a los principios revolucionarios y de justicia social.
No podemos olvidar a figuras como Gades, referencia importantísima de un hombre de cultura, que estuvo ajeno a los propósitos comerciales y con un vínculo excepcional entre su rigor como artista y su sentido ético, que habló y defendió a Cuba en cada tribuna en que le fue posible. Un mundo más justo y sin niños que pasaran hambre fue siempre un sueño compartido.
Profunda fue la amistad del excepcional bailarín español con el máximo líder de la Revolución Fidel Castro, con el General de Ejército Raúl Castro, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, el político y promotor cultural Alfredo Guevara y otras personalidades. Había llegado a Cuba por primera vez en 1975 y durante años llevó su belleza artística por todo el país, rodeado del cariño del pueblo.
El Comandante en Jefe le impuso la Orden José Martí, concedida por el Consejo de Estado, poco antes de su deceso “por sus aportes a la cultura universal”, y por su “amistad y fidelidad inquebrantables hacia el pueblo y la Revolución Cubana”. Contaba con 67 años de edad.
En varias ocasiones Gades reconoció que su pasión por la Revolución cubana comenzó desde 1959, cuando Fidel y los barbudos tomaron el poder. Nunca olvidó lo que en muchas ocasiones le diría su padre: “Si tan mal le sienta a Estados Unidos que hayan ganado, esa es gente de fiar”. Muchos años después, reconocería en una entrevista: “Cuba no es una simple aventura. Es el puerto de mi vida”.
Las cenizas de Gades descansan en Cuba desde marzo de 2005, por voluntad propia, en la cordillera de la Sierra Maestra, en los predios del Mausoleo a los héroes del Segundo Frente Frank País García, sitio sagrado de la patria cubana, y allí cada día se le rinde tributo de recordación. En aquel momento, fue el propio Raúl Castro quien depositó la urna en el monumento y se le rindieron los honores militares dignos de un combatiente de alta graduación: tres salvas de fusiles y después las notas del himno La Internacional.
Este brillante bailarín, coreógrafo y director de flamenco y clásico español había recorrido los principales escenarios del mundo, se desempeñó como primer director del Ballet Nacional de España, distinguido en 1983 con el Premio Nacional de Bellas Artes y en 1986 con el Premio Nacional de Danza. Por mérito bien ganado, militó en las filas del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y en las del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Antonio Gades es y será, por su integridad, un paradigma cultural y ético indiscutible.
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