El Che y el arte de inmortalizar imágenes

El Che y el arte de inmortalizar imágenes

La fotografía que el artista del lente Alberto Korda hiciera del Comandante Ernesto Guevara, en la que este guerrillero aparece con su inseparable boina y la mirada perdida en lontananza es, sin dudas, la foto más famosa del Che y una de las imágenes más difundidas en todo el mundo.

Pero, la relación del Guerrillero Heroico con el arte de la fotografía, no se limita a ser modelo en la imagen más difundida a nivel global, sino que él mismo fue un apasionado fotógrafo.

Cuando realizó sus largos peregrinajes por tierras de Latinoamérica nunca faltó en su zurrón la cámara fotográfica, con la cual congeló muchas de las cosas que vio y sintió.

Según narra el fotógrafo español Gervasio Sánchez, el Che y un amigo suyo venezolano, cuyo nombre no se menciona, trabajaron para una agencia noticiosa argentina durante los Juegos Panamericanos de 1955 en México, donde captaron momentos de las competencias deportivas, que luego revelaban en un cuarto oscuro improvisado en el lugar en que vivían.

Una vez realizado el trabajo, cuenta Gervasio, fueron a recibir sus honorarios, pero la agencia había cerrado su oficina, lo que significó para ellos la pérdida del dinero y de las fotografías.

Las calles de México también fueron recorridas por el Che, en busca de personas, parejas o grupos familiares que quisieran retratarse. El fotógrafo pedía una dirección para entregar las instantáneas ya reveladas y cobrarlas, pero muchas veces debía regalarlas porque los clientes luego no podían pagarlas.

También realizó autorretratos, fotografió amigos y paisajes urbanos del mundo que visitó como funcionario cubano, y durante su permanencia en la Sierra Maestra, como guerrillero a las órdenes de Fidel Castro, tomó también muchas instantáneas de la Guerra de Liberación.

La labor artística del Che se hizo pública en 1990, en la Casa de las Américas, y luego se convirtió en una exposición itinerante que recorrió 16 ciudades de 10 países. La muestra fue compilada por Josep Vicent Monzó Huertas, con el apoyo del archivo del Centro Che Guevara y de la familia del guerrillero, entre ellos su hijo Camilo y Aleida March, su esposa.

Gilberto González García