Fidel y los jóvenes, cómplices de sus sueños

Fidel y los jóvenes, cómplices de sus sueños

La celebración en Cuba del 12 de agosto, Día Internacional de la Juventud, ha motivado las reflexiones en torno al papel que le corresponde jugar a esta en las actuales condiciones, como continuidad de la obra revolucionaria, teniendo como referente la certeza de Fidel de que con los jóvenes hay que contar, pues ellos son capaces de labrar y garantizar el presente, y el camino hacia el futuro.

El máximo líder de la Revolución confió siempre en ellos, pues sabía que reunían la inteligencia, el coraje y la creatividad para creer en los sueños y luchar por hacerlos realidad.

Fidel Castro al culminar la Inauguración de Curso Emergente de Maestros Primarios el líder de la revolución Cubana conversa con los estudiantes, 11 de septiembre de 2001. Foto: Estudios Revolución

Este era, además, un pensamiento profundo y medular en aquellos años fundacionales, como lo demostró Fidel cuando expresó que en esa creencia no estaba considerarlos como aquella parte del pueblo entusiasta pero irreflexiva, llena de energía, pero incapaz, sin experiencia; ni mirarla con ese desdén con que muchas veces las personas adultas contemplaban a las de menos edad.

De ahí que dedicó tiempo para escuchar sus preocupaciones, intercambiar ideas, aconsejar como un padre, así como compartir alegrías y hasta algunos encuentros deportivos. Fue capaz de aquilatar la fuerza que vive en los jóvenes, el poder de su voluntad, su arrojo, la transparencia de sus sentimientos.

Fidel Castro en el acto de graduación de instructores de arte. Foto: UNEAC

En una de sus Reflexiones, publicada el 14 de enero de 2008, se dirigía especialmente a los revolucionarios más jóvenes, para realizarle recomendaciones precisas como cuidarse «de métodos y mecanismos burocráticos» y «no caer en simples consignas».

En las dimensiones del pensamiento de Fidel la ciencia y los avances tecnológicos siempre estuvieron en la raíz de cada una de sus fundamentaciones, proyectos y acciones, en su duro bregar por hacer de Cuba un país de hombres y mujeres de bien. Por eso en esta Reflexión de referencia aconsejaba además a los más nuevos «usar la ciencia y la computación sin caer en el lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas», a la vez que los exhortaba a mantener «sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales».

Fidel Castro juega deportes con estudiantes cubanos. Foto: Archivo

En muchos de sus discursos dedicó emotivas palabras a los jóvenes, acompañadas siempre de confianza plena en sus valores. A lo largo del proceso revolucionario, la juventud cubana se ha mostrado comprometida, alegre, entusiasta, inquieta, rebelde y permanentemente convocada. Ahora proclama, como afirmara el líder estudiantil Julio Antonio Mella: «Somos jóvenes y estamos de pie, he aquí nuestra respuesta».

Muchos de los jóvenes de hoy no conocieron de cerca a Fidel. Lo vieron en algunos de sus últimos actos públicos y aprendieron sobre su vida y obra más bien leyendo, escuchando… en la escuela, a sus padres, a través de los medios de difusión. Ante ellos, había un Fidel inmenso, de profundos discursos, hazañas inmensas y logros irrepetibles.

Tienen la referencia de la generación anterior, que siempre lo sintió como un padre al tanto de los estudios de niños y jóvenes, por sus carreras, por el futuro profesional; preocupado por la salud, por el medio ambiente, la economía, la paz mundial… Ese legado les ha calado en lo más profundo.

Fidel con Jóvenes al terminar una Mesa Redonda. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

También en los momentos actuales les inspira el recuerdo de su ejemplo, su hidalguía, su manera peculiar de decir las verdades al más poderoso enemigo de la Revolución cubana, haciendo frente a las adversidades de la naturaleza, desafiando los peligros, con la orientación certera, sin escatimar desvelos y recursos para defender la vida de cada cubano.

Fidel es el padre o el abuelo (entre los más nuevos), esa guía y referencia inequívoca que continúa trazando el rumbo, porque la historia y la realidad se han encargado de confirmar sus previsiones y engrandecer su estatura de revolucionario y estadista. Y los jóvenes se sienten parte muy activa de la familia que Fidel ha formado.

Ana Rosa Perdomo Sangermés