Heredia y el recuerdo de la historia

Heredia y el recuerdo de la historia
En la imagen “Energía, imagen de José María Heredia”, obra de Mario Gallardo. Tomado de Cubadebate

Un pináculo de la poesía nacional en el siglo XIX, un defensor de Cuba y su independencia, un poeta y un hombre avanzado a su tiempo, el cual sostuvo con la fúlgida esperanza el convencimiento de los mejores destinos para su tierra. José María Heredia fue todo ello, y más, si consideramos lo realizado en su corta vida, la vigencia de su obra y la trascendencia que posee por cuanto encabeza la lista de otros grandes hombres que en el período decimonónico, gestaron las bases del pensamiento y el sentido de pertenencia inherentes a la identidad cubana.

Desde el apasionado En el teocalli de Cholula, las odas al Niágara, el paso por la escuela romántica (allende a las influencias y determinaciones expuestas por los críticos posteriormente) y la vindicación de su amor por Cuba, en Heredia también estuvo un documento no tan conocido en el amplio espectro de estudios referidos a su obra. Se trata de Lecciones de Historia Universal, un texto en el cual ejerció como historiador e invirtió un gran esfuerzo. Al decir del investigador jefe del departamento de publicaciones de la Biblioteca Nacional José Martí, Johan Moya Ramis, en la confección del escrito iba acompañado de un desafío intelectual que pone de manifiesto la dimensión humana de Heredia, reflejada en la vitalidad de una íntima cruzada hacia quienes subestimaban sus capacidades.

La obra, publicada entre 1831 y 1832, tenía como propósito de acercar a los jóvenes al conocimiento de la historia. Así lo manifiesta en la introducción: “Yo he querido presentar a la juventud de nuestros pueblos un cuadro moral de la historia, como deben verlo, para que no se emponzoñen sus mentes en esa caterva de escritores viles que han escrito crónicas absurdas dictadas por la superstición o el culto infame de poder”.

Para su elaboración reevaluó un clásico historiográfico de la época: Universal History: from the Creation of the Word to the Beganing of the Eighteenth Century, del inglés Alexander Fraser Tytler. El escritor cubano, como destaca Ramis, no solo detectó algunas lagunas y limitaciones del libro, sino que también evocó la necesidad de una reformulación del método histórico de su tiempo.

“Investido en el espíritu de la Ilustración, pero con una distinción muy suya, el poeta cubano catalogó como insuficiente el estilo académico de su época en este ramo, el cual se apoyaba más en largas cronologías acompañadas de adoctrinamientos políticos en lugar de abordar los hechos históricos en todo su contexto y riqueza, esta última, tarea que Heredia logró con creces, no solo en el valor de su contenido sino también en su aspecto comunicativo, donde el autor mediante el uso de un lenguaje sencillo para hacer más asequible la comprensión de los lectores de la obra, quienes principalmente eran los jóvenes, pudieran llegar a los temas expuestos de forma clara y sin los retruécanos propios del lenguaje académico”.

En el contenido del texto Heredia no distinguió entre temas, ni los dividió por espacios temporales, en tanto buscaba los vínculos entre los acontecimientos. Resulta ilustrativo el desenmascaramiento al poder a través de la historia, el descubrimiento de las causalidades y de las interrelaciones entre los hechos, y el rol de la estructura de las leyes en ese proceso. En el último tomo destacó la impronta de Félix Varela y José Antonio Saco, y valoró como incuestionable el legado de ellos en la historia cubana y universal.

“Si bien es cierto que los estudios históricos han avanzado en sus métodos y se ha superado la visión clásica de la historia, Lecciones… posee datos de obligada referencia. Este texto constituye toda una revolucionaria visión de la historia, estampada en el pulso de su autor y cuya vitalidad se percibe a través de sus páginas (…)”, expone Johan quien, a su vez, resalta como méritos fundamentales de esta obra el hecho de que exhibe una zona prácticamente olvidada por los investigadores de literatura cubana y responde a la petición formulada por Heredia en las últimas páginas del libro: la de recordar siempre que Cuba fue su patria.

Lázaro Hernández Rey