Oretes López y la concepción del mambo

Orestes López creció en una familia de músicos. Su madre tocaba la guitarra y el piano; su padre, músico de formación, el contrabajo y el trombón. Los estudios musicales los inició a temprana edad, con ocho años y tiempo después su padre lo matriculó en el conservatorio Casino Música, donde estudió bajo la guía de Fernando Carnicer. Fruto de esa formación, Orestes dominó el contrabajo, el violonchelo, y luego la flauta de cinco claves, y el violín. En la madurez de su carrera llegó a dominar más de una decena de instrumentos.
La Orquesta Filarmónica de La Habana, conducida por el director español Pedro San Juan, fue la agrupación en la cual debutó su carrera musical con 16 años como contrabajista. Las facilidades que tenía para integrarse al conjunto también se manifestó en su paso por otras orquestas, en las cuales alternó el piano y el bajo, ambos con absoluta maestría. Entre esos conjuntos estuvieron el de Armando Romeu, el de Ernesto Muñoz Justiniani y en la Orquesta Ideal, liderada por Joseíto Valdés.
Una agrupación que marcó un precedente renombrado en su trayectoria profesional fue la orquesta de Arcano y sus Maravillas. En ella, junto a su hermano Israel desarrolló una nueva forma de música que posteriormente cristalizaría en el género del mambo. Asimismo, también dirigió otros conjuntos como el de López Barroso, la Orquesta Unión y la López-Barroso.

Danzón con Mambo es una de sus composiciones más recordadas. Compuesta a su paso por Arcano y sus Maravillas, en ella Orestes incorporó variaciones inspiradas en el son al final de los arreglos, con lo cual creó un nuevo tipo de danzón y estilo a la agrupación en el mencionado género. Tal adición incluía asimismo el ritmo sincopado empleado por los treseros orientales que tocaban sones, así como el uso de la tumbadora en varios acentos rítmicos como parte de los cambios en los instrumentos. La síncopa, afirmada como un nuevo ritmo, estaba en la sección final para la improvisación de los instrumentistas y bailadores.
Como expresó en una ocasión:
“Hacer otro danzón con el mismo ritmo del mambo. La primera parte del danzón era la del clarinete, la segunda la del violín, y, por último, la del mambo. Introduje el ritmo con el propósito de enriquecer los grupos musicales, porque antiguamente tocaban la parte final muy cortica, y no daban oportunidad a que ningún instrumento se luciera, ni a que los bailadores disfrutaran. Con la existencia del mambo ya comenzó un estado de ánimo diferente entre los bailadores: esperaban esa parte contentos de que fuera largo y sacaban pasillos”.
Rapsodia en azul, Soy matancero, Camina Juan Pescao, Nace una estrella, Silvio al bate y Pasarán los años fueron algunos de sus temas más conocidos.