Palabras insuperables en su vigencia
Desde días recientes, diversas instituciones cubanas han realizado conversatorios, conferencias y múltiples actividades que han provocado el ejercicio del pensamiento crítico y la reflexión oportuna en torno al rumbo del ámbito cultural en la sociedad cubana, teniendo como principal motivación el advenimiento del aniversario 62 de las memorables frases del Comandante en Jefe Fidel Castro, conocidas desde entonces como Palabras a los Intelectuales.
Aquella del 30 de junio de 1961 fue, sin dudas, una ocasión trascendente de intercambio fructífero (después de tres intensos días de debates) con una parte de la vanguardia de la intelectualidad cubana, reunida en esa ocasión en la emblemática Biblioteca Nacional José Martí, en la capital cubana.
Fidel, en un escenario diverso y complejo, supo hilvanar, de manera precisa y coherente, los hilos teóricos y pragmáticos de la visible relación entre la política, la ideología y la cultura, sobre todo en aquellos momentos fundacionales de la Revolución cubana; esclarecer los derroteros de la política cultural y las posibilidades que se ofrecían al sector artístico para la divulgación de su quehacer, ideas que de alguna manera ya había esbozado en otros discursos desde el mismo triunfo del Primero de Enero de 1959.
Se hacía imprescindible aunar voluntades entre los escritores y artistas en torno a principios esenciales de la política cultural cubana, que fueron creciendo con el tiempo, lo cual se ha cumplido con creces, a partir de la creación, pocos meses después, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
El líder de la Revolución hizo entonces mucho énfasis en el papel de la cultura como vía para la emancipación humana y esencia de un proceso cultural renovador. Para ello la obra que se creara sería relevante en la medida que generara pensamientos y conductas éticas que condujeran al mejoramiento social e individual.
La ciencia, el deporte, el arte, la literatura y la educación debían, según él, marchar juntos, acordes con las transformaciones que exigía aquel momento histórico. Era imprescindible que la Revolución se hiciera sentir en todas las esferas de la vida social, marcando un hito en la historia.
En el sentido de sus Palabras… Fidel dio respuesta a las principales preocupaciones expresadas en aquellos días y expuso su alta apreciación de los valores de la justicia social y la necesidad de encarar las relaciones con los escritores a partir de garantizar, respetar y promover la libertad creadora.
Con expresión sencilla pero certera, proclamó el derecho de una revolución a defenderse cuando esta es obra de la necesidad y la voluntad de un pueblo, así como que el arte y la cultura se debían convertir en real patrimonio de los cubanos, lo cual hoy adquiere extraordinaria vigencia en su realización.
Y es que las Palabras a los Intelectuales, al alcance de todos, tanto de manera impresa como en los espacios digitales oficiales, merecen ser releídas una y otra vez para comprender la esencia de su mensaje infinito, porque continúa siendo un texto vivo en la medida de que los artistas e intelectuales, en tanto sus directivos, sean capaces de crear cada día siguiendo la línea de sus firmes y permanentes principios.
