Protesta de los Trece, hermoso despertar de la conciencia nacional

Protesta de los Trece, hermoso despertar de la conciencia nacional

El paraninfo de la entonces Academia de Ciencias, un recinto circular situado en la calle Cuba -en la parte más antigua de La Habana- fue el escenario escogido aquel domingo 18 de marzo de 1923 por un grupo de jóvenes intelectuales cubanos, encabezados por Rubén Martínez Villena, para desafiar la corrupción imperante en las cúpulas del Gobierno de Alfredo Zayas Alfonso.

Aquel acto fue una primera expresión de civismo extraordinario, concebido como grupo, que dejó pactado un gran compromiso con el destino de la Patria. Se aprovechó la realización en ese lugar de un homenaje a la educadora uruguaya Paulina Luissi, organizado por el Club Femenino, y el discurso central estaba a cargo de Erasmo Regüeiferos, ministro de Justicia, que había refrendado el decreto presidencial para adquirir mediante una cuantiosa suma de dinero las ruinas del Convento de Santa Clara de Asís.

Ese individuo, conocido por sus relaciones con la política malversadora y corrupta del gobierno de turno, fue interrumpido en su intervención por una enérgica y temeraria voz, la del destacado poeta Villena, quien junto a otros 12 patriotas protagonizó un destacado episodio de patriotismo y rebeldía, que pasó a la inmortalidad con el calificativo de Protesta de los Trece.

Aquella acusación fue una de las más prestigiosas muestras de pujanza de la juventud cubana, herencia histórica de quienes también batallaron por la independencia y soberanía de Cuba, y es ejemplo a seguir hoy para quienes asumen, con sacrificio y entrega, el destino de esta nación de cubanas y cubanos resueltos a defender con dignidad su independencia y soberanía.

Sobran en nuestra historia las muestras de heroicidad donde sin la presencia de la juventud, nada habría podido conseguirse. Sobran los ejemplos de coraje y entereza, esos en los que poco importó la edad cuando la salvaguarda o el bienestar de la Patria eran el principal objetivo.

Este fue uno de esos acontecimientos cuya relevancia aún pervive en la admiración de los cubanos a la distancia de 102 años, porque marcó la irrupción de los escritores y artistas del país en la vida pública cubana y, entre otras cosas, propició el surgimiento del Minorismo. Y todo transcurrió el mismo día en que Carlos Baliño y sus compañeros fundaban la Agrupación Comunista de La Habana.

Al día siguiente, el grupo de los Trece dio a conocer un documento de denuncia al escandaloso negocio, que provocó ira e inconformidad en la población cubana. Por ese hecho los protestantes fueron detenidos y enjuiciados por “injurias”, aunque después fueron absueltos.

En prisión, Villena escribió sus encendidos versos del Mensaje Lírico Civil, que constituyeron una denuncia al estado de corrupción existente en el país y además, un valioso ejemplo de poesía militante y de intelectual comprometido con la causa de los humildes: “Hace falta una carga para matar bribones,/ para acabar la obra de las revoluciones (…)/para cumplir el sueño de mármol de Martí,/ para que nuestros hijos no mendinguen de hinojos/ la Patria que los padres le ganaron de pie”.

Aquella Protesta de los Trece seguía el ejemplo de intransigencia y lealtad a la Revolución que, en aquel otro marzo glorioso de 1878, protagonizó el Titán de Bronce, Antonio Maceo, en Mangos de Baraguá y que salvó la Revolución Independentista de una bochornosa derrota.

Ana Rosa Perdomo Sangermés