Recordando a Alicia, actuación del Ballet Nacional de Cuba en Sevilla

Recordando a Alicia, actuación del Ballet Nacional de Cuba en Sevilla
Fotos: Ballet Nacional de Cuba

Muy pronto volverá a actuar el Ballet Nacional de Cuba en Sevilla. Con esta función, la compañía fundada en 1948 por Alicia, Fernando y Alberto Alonso y que hoy dirige Viengsay Valdés, se despide de la comunidad autónoma de Andalucía: Granada, Jerez de la Frontera, provincia de Cádiz, Estepona, provincia de Málaga, Málaga, Jaén este recién 16 de mayo, y Sevilla, este domingo 19 de mayo.

Que el BNC regrese a Andalucía y de manera especial a Sevilla (ya lo hizo, repito con toda intención, a Jerez de la Frontera) me hace pensar en Alicia… Y más que en Alicia, en Unga… Así llamaban a Alicia de pequeña. Al respecto, recordó la Alonso en una ocasión: “mi tía, que era mi madrina —fue mi madrina de bautismo—, se llamaba Alicia. Y para no llamar a las dos Alicia, ella misma me puso el sobrenombre de “húngara”. Como una “gitana húngara”, porque decía que yo tenía los ojos grandes, estaba quemadita del sol, el pelo negro, que parecía una gitana húngara, y de una gitana húngara, acabé en Unga”. Como dato curioso, valga destacar que el primer autógrafo que dio Alicia, a los 11 años, lo firmó como Unga.

El padre de Alicia, el teniente Antonio Martínez Arredondo, veterinario de profesión y especialista en caballos, fue enviado en 1929 a España, donde debió cumplir misiones profesionales en varias ciudades, de entre ellas Jerez de la Frontera y Sevilla. Días antes de la partida, el abuelo materno, Don Elizardo del Hoyo, que había nacido en Santander, visitó el hogar de su hija, y le pidió a sus nietas como regalo, que durante la estancia en tierras españolas aprendieran bailes típicos de allí.

Y fue en Jerez de la Frontera y en Sevilla, donde la pequeña Unga, que aun no había cumplido los 9 años, para complacer los deseos de su abuelo “lleno de añoranza por todas las cosas de su tierra”, recibió sus primeras clases de danza.

Alicia Alonso junto a Léonide Massine en Capricho español

Así lo recordó nuestra Prima ballerina assoluta: “En Jerez de la Frontera y en Sevilla tuvimos profesoras muy buenas que nos enseñaron la sevillana, la malagueña, la jota y otras danzas españolas. Eran las primeras clases de baile que recibía en mi vida y me sentía fascinada. No apartaba las castañuelas de mis manos en todo el día, y los adelantos fueron tan notables que una de las profesoras decidió enseñarme pasos de baile que inicialmente consideraba muy complicados para mis ocho o nueve años de edad”.

Curiosamente, una década después, en los inicios de su carrera profesional en Nueva York (cuando Alicia integraba el Ballet Caravan, bajo la dirección de Lincoln Kirstein), en unas audiciones realizadas por los Ballets Rusos de Montecarlo, Léonide Massine reparó en la bailarina cubana y le preguntó si sabía algo baile español.

Recordando lo aprendido para su abuelo, Alicia respondió afirmativamente. Fascinado con la personalidad y el talento de la Alonso, Massine la escogió como su partenaire… Kirstein, incluso, le propuso a Alicia invalidarle el contrato, pues junto al gran bailarín y coreógrafo ruso, sería de inmediato una estrella, mientras que si continuaba con el Ballet Caravan continuaría en el cuerpo de baile. Sin embargo, como es conocido, la Alonso prefirió seguir acumulando experiencia y disciplina en la compañía de Kirstein, para asumir responsabilidades “de estrella” cuando estuviera realmente preparada… Años después, Alicia y Massine bailaron juntos Capricho español.

Y valgan, repito, estas estas evocaciones en tierras andaluzas, en víspera de una nueva actuación del BNC en Sevilla, donde Alicia recibió sus primeras clases de danza, hecho que constituyó el preámbulo de una gran historia.

Texto: Ahmed Piñeiro Fernández

Fotos: Ballet Nacional de Cuba

Redacción Radio Enciclopedia