Rocío García y sus códigos visuales

Rocío García y sus códigos visuales
El Gran chef (alias patica de pollo) exposición personal de Rocío García en la Galería El Apartamento Foto: Marcos Harold Linares García

Rosa Eugenia García de la Nuez, o simplemente Rocío García es, sin lugar a dudas, una de nuestras artistas contemporáneas más relevantes. Es graduada de la Academia de San Alejandro en 1975 y también de la Academia Repin de San Petersburgo para el año 1983. Ha realizado numerosas exposiciones personales y colectivas en La Habana, Nueva York, París, Zúrich y otras tantas ciudades del planeta.

El Gran chef (alias patica de pollo) es el nombre que recibe su más reciente exposición personal en la Galería El Apartamento, ubicada en la esquina de H y 15 del Vedado capitalino. Se trata de una muestra que se acerca a su producción más reciente, expone una serie de obras que, no por ser nuevas difieren de su universo simbólico y formal.

El objetivo primordial de las artes visuales es seducir a través de la mirada, y Rocío García es una artista que conoce esto perfectamente. Vemos aquí como despliega unas composiciones exquisitas para enganchar con el espectador, y de ahí en adelante proponer una serie de problemáticas enraizadas en la sociedad.

Tras el telón de unas formas «bellas» se esconden una serie de códigos que subyacen en la vida del hombre. Rocío García nos presenta relatos que van a estar dialogando con relaciones de poder, conflictos de identidad y de género.

Saturnino II, obra de Rocío García Foto: Marcos Harold Linares García

Tiene esta prolífica creadora un amplio conocimiento de la cinematografía, pues su obra es eso, cine puro, pero desde los óleos y los lienzos. En esta muestra domina con una facilidad enorme las luces, los encuadres y los enfoques, tal parece por momentos que se encuentra mostrando fotogramas de un filme con una carga enorme.

Un elemento trascendental es el empleo del cuerpo humano, Rocío lo emplea aquí como una especie de reservorio, un espacio sobre el cual se depositan una serie de ideas que estarán articulando el discurso simbólico y formal de la exposición.

Sus figuras, por momentos decapitadas, encarceladas o desnudas, están constantemente realizando bombardeos metafóricos sobre el espectador, porque históricamente esta ha sido una de las virtudes de esta creadora: el diálogo con el público a través de sus contundentes propuestas visuales.

La curaduría esta exposición es también un elemento digno de reconocer, pues cada una de las piezas se ubica de forma tal que parecen eslabones de una gran cadena. Y es que también la obra de Rocío García inspira esto, un orden formal y estructural abrumador.

Los patinadores, obra de Rocío García Foto: Marcos Harold Linares García

Marcos Harold Linares García