Una respuesta desde el arte

Una respuesta desde el arte
Actuación Ballet de Cuba, Stadium Universitario. Foto: Cortesía de Miguel Cabrera.

El Stadium Universitario llenó sus gradas el 15 de septiembre de 1956. Decenas de miles de miembros de la FEU de la Universidad de La Habana se sumaron al desagravio al entonces Ballet de Cuba con motivo de la retirada de la exigua pero necesaria subvención otorgada por el gobierno desde 1950.

En ese local la organización estudiantil respaldó al conjunto encabezado por Alicia Alonso. De forma declarada, el acto encarnó una protesta por la situación que vivía el país gobernado por Fulgencio Batista desde el golpe de Estado en 1952.

El dirigente sindical Fructuoso Rodríguez participó en el evento arriesgando su anonimato y dedicó palabras de ánimo al Ballet y a Alicia Alonso.

Dicha oportunidad también constató los vínculos de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) con el Ballet Nacional, los cuales se habían iniciado anteriormente mediante presentaciones financiadas por la propia organización.

Las relaciones con defensores del ballet cubano también influyeron, según destaca el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera. Entre ellos estuvieron representantes como Juan Nuiry, Alfredo Guevara, Raúl Amado Blanco, Raúl Roa Kourí, Harold Gramatges, María Luisa Rodríguez Colombié y Maruja Iglesias.

Alicia, quien había fundado la organización danzaria a fines de los años 40, hasta el momento solo había sido distinguida con la Orden Nacional Carlos Manuel de Céspedes y el título de “Dama”, en 1947. Vino a Cuba luego de su paso por el Ballet Theatre de Nueva York, en la cual fue figura principal y creó el primer plan de becas para niños sin recursos económicos, lo cual dejaba claro su compromiso social.

“El arte es universal, pero no el artista. Decidí regresar a Cuba porque el artista tiene raíces y las mías están aquí. Vine porque mi país me necesitaba”, comentó la bailarina tiempo después.

Hacia 1956, el recién creado Instituto de Nacional Cultura le solicitó la incorporación de la compañía a los actos oficiales y otras actividades relacionadas. En carta fechada el 16 de agosto de 1956 al director de esa institución, Guillermo de Zéndegui, Alicia declaró:

“Permítame, Dr. Zéndegui, rechazar esa solución. Tanto Fernando Alonso, mi esposo, como yo, no hemos trabajado con el fin de percibir mensualmente una determinada cantidad de dinero, sino con un horizonte más amplio: el de realizar, en el terreno del ballet, una labor cultural de carácter histórico. (…) Lo que Ud. propone parece más bien, una limosna o un soborno (…) tenemos fe en el pueblo de Cuba y estamos seguros que (…) nos brindará su respaldo para no permitir que esta manifestación artística jamás le sea arrebatada.”

La retirada de la subvención no tardó. Luego de la presentación en el estadio universitario el Ballet Nacional partió de Cuba. Quienes asistieron al acto recuerdan la interpretación de La muerte del cisne y una de las ovaciones más memorables en la carrera de Alicia.

El artista existe porque el mundo no es perfecto, declaró en una ocasión el cineasta ruso Andréi Tarkovsky. Esa presentación del 15 de septiembre nos brinda elementos para constatar esa afirmación.

Fotos cortesía de Miguel Cabrera. (Publicadas en Cubadebate)

Lázaro Hernández Rey