Un acercamiento a la vida y obra de Alejo Carpentier Valmont (1904-1980) muestra sus esencias como extraordinario intelectual y periodista, pero sobre todo sus principios ideológicos y morales hacia la sociedad cubana y el mundo.
Autor: Ana Rosa Perdomo Sangermés
El máximo líder de la Revolución Cubana valoró en toda su dimensión la estatura cultural y política de Carpentier, llegando incluso a reconocer que “su obra escrita y su conducta, perdurarían más que ningún otro símbolo”.
La ciudad entera, Cuba toda, quedaron conmovidos por la masacre del 20 de abril de 1957, ocurrida al finalizar la tarde en el edificio 7 de la capitalina calle Humboldt, en medio del odio de los asesinos que privaron de la vida a cuatro jóvenes extraordinarios.
El máximo líder Fidel Castro pronunció ante América y el mundo un memorable discurso, en el que dejó declarado el carácter socialista de la Revolución.
Durante las honras fúnebres a las víctimas del cruel bombardeo, Fidel selló ante el mundo el carácter socialista de la naciente Revolución cubana.
Muchas fueron las batallas de Vilma Espín después del triunfo de la Revolución de 1959, como la de asumir, con entusiasmo y preparación, la tarea encomendada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de crear y conducir la Federación de Mujeres Cubanas.
Esa movilización del pueblo, eslabón final de la lucha armada como lo calificara la Comandancia de la Sierra Maestra, sería apoyada por el Ejército Rebelde, que ya estaba más fortalecido y desempeñaría el rol principal, avanzando hacia las ciudades y poniendo fuera de combate al aparato militar de los esbirros.
A la heroína cubana de la Sierra y del Llano, se le recuerda con especial cariño y admiración cada día, pero con énfasis en cada aniversario de su natalicio por todo lo que su vida fecunda legó en la lucha por la libertad y la conquista de la justicia social.