En tiempos antiguos figuras del arte y las ciencias acudían a la naturaleza para realizar sus obras, y uno de ellos fue el compositor salzburgués.
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Lidia y Clodomira fueron dos mujeres excepcionales que surgieron del corazón del pueblo y a él consagraron lo más puro de sus energías y sentimientos.
El Stadium Universitario llenó sus gradas el 15 de septiembre de 1956. Decenas de miles de miembros de la FEU de la Universidad de La Habana se sumaron al desagravio al entonces Ballet de Cuba.
La publicación de un artículo del crítico cubano de arte Nelson Herrera Ysla titulado Con las mismas manos (y licencia de Roberto F. Retamar), destaca la obra de la artista trinitaria.
Una oportuna coincidencia en el calendario, nos acerca este 11 de septiembre de manera excepcional a importantes conmemoraciones en el ámbito cultural cubano.
En un entorno donde existe una enorme producción de contenidos e información que circula en las redes, es necesario un movimiento de alfabetización mediática e informacional, como lo consideró la Dra. Elena Nápoles Rodríguez, oficial del Programa de Comunicación e Información de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco,
«La exposición de Cosme significó un aporte esencial, pues tanto él, como autor de las obras, como Mirabal, con su apoyo y colaboración, demuestran los caminos hacia la más plena comunión espiritual entre Egipto y Cuba».
Nació el 5 de septiembre de 1908. Si bien la escasez marcó gran parte de su infancia, él trabajó para asegurar el sustento familiar.