Una radio para la Revolución
Desde el mismo momento en que los expedicionarios del yate Granma tuvieron el desafortunado encuentro con las tropas del ejército de Fulgencio Batista, se desató una feroz campaña mediática para engañar a la opinión pública acerca de los acontecimientos que se estaban desarrollando en el oriente del país en 1956.
Las primeras noticias difundidas por los medios oficiales aseguraban la total derrota del incipiente Ejército Rebelde y la muerte de Fidel Castro, y cuando ya fue imposible sostener aquella mentira, comenzó un meticuloso trabajo de desinformación para ocultar los éxitos obtenidos por la guerrilla y maximizar los supuestos logros del ejército batistiano.
En varias ocasiones se repitió que el líder de la insurrección había muerto y siempre se alteraron las cifras de las bajas sufridas por cada bando.
Era importante crear un medio de comunicación que sirviera para desmentir las falsedades que difundía el régimen y mantener informada a la población sobre la marcha de la guerra. Así nació, en el fragor del combate, Radio Rebelde.
Ya desde 1957, a pocos meses de iniciada la lucha armada, el Che Guevara había solicitado al Movimiento 26 de Julio que consiguiera los equipos necesarios para instalar una emisora radial en la Sierra Maestra.
La primera idea, formulada por Eduardo Fernández, técnico de radio y miembro del movimiento en Bayamo, era construir una planta de radio, por lo que el Che estableció los contactos necesarios para que los combatientes clandestinos le ayudaran a conseguir las piezas necesarias.
Pero luego, al entrevistarse Eduardo Fernández con René Ramos Latour, en Santiago de Cuba, se optó por conseguir un equipo nuevo en La Habana, para poner al aire la señal lo más pronto posible.
No fue fácil, conseguir y mover aquel equipo hasta las serranías sin ser descubiertos por los órganos represivos del gobierno era una tarea muy compleja y colmada de riesgos.
Al fin, el día 16 de febrero de 1958, el aparato transmisor y la planta eléctrica llegaron a la comandancia del Che en La Mesa, traída por varios revolucionarios, al frente de los cuales venía el que se convertiría en alma de la emisora, el jefe técnico de Radio Rebelde, comandante Eduardo Fernández.
El 24 de febrero de 1958, se realizó la primera transmisión oficial desde la casa de Conrado, campesino miembro del Partido Socialista Popular y colaborador del Ejército Rebelde, situada un poco más abajo del alto que lleva el nombre de este campesino, y que es un montículo que sobresale en la línea de la Sierra Maestra.
El primer director de la emisora fue Luis Orlando Rodríguez y los primeros locutores, Orestes Valera y Ricardo Martínez.
Más adelante se aumentaría la potencia del transmisor, se ampliaría la gama de frecuencias, el tiempo de transmisión y se sumarían otros valiosos compañeros y compañeras al trabajo. Entre ellos es necesario destacar a Violeta Casals, cuya voz se convirtió en todo un icono de Radio Rebelde cuando anunciaba su salida al aire.
Hoy, esta emisora continúa llevando al éter una programación de excelencia para el disfrute del pueblo cubano.