La hazaña del Granma es todo un símbolo de la Patria

La hazaña del Granma es todo un símbolo de la Patria

El 2 de diciembre de 1956 es para Cuba una fecha memorable y hermosa, porque hace 66 años llegó a las costas cubanas un puñado de hombres, que había realizado la hazaña de partir desde México en condiciones difíciles, contando solo con la intrepidez que desafió lo adverso de las circunstancias y reinició ese día, en un terreno cenagoso, la acción revolucionaria trunca desde el asalto al cuartel Moncada, tres años antes.

El desembarco del Granma se produjo por un lugar conocido como Los Cayuelos, a unos dos kilómetros de la playa Las Coloradas. Alrededor de las seis de la mañana de ese día los revolucionarios comenzaron a desembarcar y durante más de dos horas tuvieron que avanzar, enterrándose bastante en el fango y con el agua al pecho, tratando de ayudarse unos a otros. Muchos de ellos se lesionaron, dañaron sus botas y uniformes, mojaron las armas y equipos que transportaban y perdieron en el trayecto valiosos pertrechos.

Solo tres embarcaciones fueron testigos del arribo de aquel hermoso yate de recreo a aguas cubanas: el bote de remos conducido por un pescador, el barco de cabotaje Tres Hermanos que iba saliendo en esos momentos de la Laguna del Guaso transportando carbón hacia Manzanillo, y la embarcación La Gibarita dedicada al traslado de arena de Cayo Cacimba a Niquero, en aquella zona. Sus tripulantes advierten la presencia del Granma, se asustan, se dispersan con rumbos diferentes y los de La Gibarita alertan a las fuerzas batistianas.

Pese a los patrullajes por aire y mar, la tiranía llega al yate Granma cuando ya había sido abandonado por sus tripulantes hacía rato. Un bote auxiliar se había encargado de iniciar la transportación del armamento, pero debido a su mal estado, se hundió a los pocos metros por lo que fue necesario que cada combatiente llevara las armas consigo, además de sus mochilas.

El rigor y la adversidad de aquellos días conformaron el naciente Ejército Rebelde, alma de la Revolución, dirigido por Fidel y Raúl Castro, Che y Camilo Cienfuegos, con un puñado de hombres, pocas armas y una fe inmensa en el pueblo.

El Granma es todo un símbolo de la Patria, porque enseña todavía, sobre todo a las nuevas generaciones, el valor del sacrificio, la importancia del esfuerzo, la trascendencia de la confianza  -confianza en el triunfo y confianza en el pueblo-, la significación de las ideas y los principios, la efectividad del arrojo, el poder de la voluntad, el alcance de la entereza, la fuerza del coraje y el peso de la decisión.

Son esos mismos valores, precisamente, los que se pudieron encontrar en la conducta del Comandante en Jefe Fidel Castro durante aquellos días difíciles y luminosos del desembarco, y que retrataron fielmente ese ejemplo inigualable e irrepetible que los cubanos han tenido el privilegio de seguir con el avance revolucionario hasta el presente.

Ya lo había sentenciado José Martí: “…de la Revolución no se sale hasta que se le corona”. Y habría que agregar que habrá que seguirla acompañando siempre en todas sus misiones.

Las raíces obreras y populares de aquel Ejército Rebelde y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) estuvieron delineadas desde el Programa del Moncada. Hoy a más de seis décadas y media de fundadas, pueden definirse como una vanguardia profesional que es el núcleo de un gran ejército miliciano, integrado por millones de hombres y mujeres de todos los sectores de la población, con probada fidelidad y una larga historia en defensa de la Patria y de las causas justas en el mundo.

Las FAR son herederas y continuadoras de aquella extraordinaria tradición mambisa, rebelde y miliciana. En la actualidad, como dijera el Comandante en Jefe Fidel Castro en una ocasión, “ya no se trata de un puñado de hombres en un pequeño yate, más repletos de ideas  que de armas, sino de una nave inmensa y sólida que ninguna ola, ningún viento, ninguna tempestad será capaz de hacer naufragar, cargada esta vez de muchos sueños hechos realidades y de muchas realidades que son sueños todavía por hacer, donde un pueblo entero navega hacia el futuro”.

Como cada año, hoy desembarcan simbólicamente, por el mismo terreno cenagoso de Las Coloradas, una representación de 82 jóvenes de la zona oriental del país y participan, junto al pueblo granmense, en el acto político cultural sobre la importante fecha, donde estará presente también el llamado al compromiso de las actuales generaciones con la continuidad de la Revolución.

Ana Rosa Perdomo Sangermés