Seguir estimulando la inteligencia lectora en las audiencias

Seguir estimulando la inteligencia lectora en las audiencias
Foto: Cubadebate

En hogares y centros estudiantiles, solemos escuchar: “Es entretenido el juego que tengo en el teléfono. Al final del combate gana el bueno después de mucho batallar. Pero, en ocasiones, siento miedo ante la fuerza y el poder del malo”.

Esta percepción suele acompañar a no pocos adictos enfrascados en vertiginosos torbellinos de imágenes donde lidera la fragmentación sin paradigmas culturales.

La violencia y el horror protagonizan juegos electrónicos. Pasan de mano en mano y proliferan en las pantallas con un valor agregado a productos de uso y consumo. El trabajo de conquista cultural generado por los centros hegemónicos del Norte se extiende sin límites de fronteras.  ¿Qué hacer ante este panorama? Despejar la interrogante implica la complicidad de los educadores, la familia, el sistema institucional, los medios de comunicación y las inteligencias lectoras de las audiencias.

Fábulas ancestrales lideran en la poderosa industria del mero entretenimiento. Al presentar la eterna contienda entre héroes y villanos incurren, a veces, en demarcaciones engañosas de ambos mundos. Imposible perderlo de vista, las ideas mueven al mundo. Son génesis y continuidad en los procesos investigativos durante la dinámica que representa desentrañarlas. Penetrar sus esencias requiere constantes indagaciones de quienes, en las aulas, el seno familiar y otros espacios pueden construir miradas críticas sobre esas realidades. Productos comunicativos realizados por artistas cubanos pueden establecer paradigmas culturales en públicos de diferentes edades.

Quién puede olvidar la permanencia en la memoria y en el presente de Elpidio Valdés, creado por nuestro Juan Padrón en animados realizados por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), que este 24 de marzo festejó su aniversario 65.

Es válido pensar, si los productos comunicativos artísticos realizados por creadores cubanos recrean cuentos clásicos y contemporáneos, entre otros contenidos valiosos, pueden influir en la riqueza del pensamiento cultural de las mayorías. Las representaciones sociales se construyen mediante las dramatúrgicas y los lenguajes elegidos para contar historias. Estas deben trascender el didactismo y los compendios sociológicos edificantes sin olvidar preceptos esenciales: valores axiológicos, honestidad, provocaciones artísticas en provecho del ser humano a partir de la infancia.

Los juegos instalados en celulares, series, filmes y diversos productos comunicativos exigen, sobre todo, ojos críticos, que aprecien en su justa magnitud cada propuesta audiovisual.

Sahily Tabares Hernández

Dra. en Ciencias sobre Arte, periodista cultural y profesora‍ de la Universidad de La Habana.