Ese día constituye para los cubanos, el recuerdo de un legítimo júbilo y el símbolo de cómo con la fuerza del pueblo se derrumbaron para siempre cuatro siglos y medio de ignorancia.
Autor: Ana Rosa Perdomo Sangermés
A propósito del Día del Trabajador de la Cultura, celebración que abarca todo el país cada 14 de diciembre, no debe faltar el reconocimiento a los que muchas veces desde el anonimato laboran en el sector y garantizan la calidad de cada entrega artística y literaria.
Cualquier ciudadano cubano puede llegar a la Casa de Cultura de su comunidad, donde quizá las condiciones materiales no sean las mejores y falten instrumentos y accesorios para una mejor formación; sin embargo encuentra allí el abrazo de promotores e instructores, para los múltiples talleres de apreciación y creación.
Apenas 48 horas después del histórico repique de La Demajagua, ya Antonio Maceo había montado a caballo para sumarse a las filas de la Revolución y libraba el 12 de octubre de 1868, como simple soldado, su bautismo de fuego en Ti-Arriba.
Este 2 de diciembre, aniversario 67 del desembarco del yate Granma y de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, se conmemora también el aniversario 47 de la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular
Guisa devino símbolo de la concepción estratégica militar desarrollada por Fidel para derrotar al enemigo y alcanzar el triunfo definitivo. Las páginas de heroísmo escritas durante las diez jornadas engrandecieron el prestigio del Ejército Rebelde y su dirección.
Los jóvenes uniformados, portando el brazalete del Movimiento 26 de Julio, se fueron apoderando de la ciudad santiaguera desde el alba y se llenó de humo, de fuego, de héroes.
Con la presencia de los rebeldes dirigidos personalmente por el Jefe de la Revolución a las puertas de Bayamo, se iniciaba el descalabro definitivo de la tiranía. Oriente se convertía en una Sierra Maestra en grande, tal como Fidel lo había alertado semanas antes.