Cualquier ciudadano cubano puede llegar a la Casa de Cultura de su comunidad, donde quizá las condiciones materiales no sean las mejores y falten instrumentos y accesorios para una mejor formación; sin embargo encuentra allí el abrazo de promotores e instructores, para los múltiples talleres de apreciación y creación.
Autor: Ana Rosa Perdomo Sangermés
Apenas 48 horas después del histórico repique de La Demajagua, ya Antonio Maceo había montado a caballo para sumarse a las filas de la Revolución y libraba el 12 de octubre de 1868, como simple soldado, su bautismo de fuego en Ti-Arriba.
Este 2 de diciembre, aniversario 67 del desembarco del yate Granma y de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, se conmemora también el aniversario 47 de la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular
Guisa devino símbolo de la concepción estratégica militar desarrollada por Fidel para derrotar al enemigo y alcanzar el triunfo definitivo. Las páginas de heroísmo escritas durante las diez jornadas engrandecieron el prestigio del Ejército Rebelde y su dirección.
Los jóvenes uniformados, portando el brazalete del Movimiento 26 de Julio, se fueron apoderando de la ciudad santiaguera desde el alba y se llenó de humo, de fuego, de héroes.
Con la presencia de los rebeldes dirigidos personalmente por el Jefe de la Revolución a las puertas de Bayamo, se iniciaba el descalabro definitivo de la tiranía. Oriente se convertía en una Sierra Maestra en grande, tal como Fidel lo había alertado semanas antes.
Al cumplirse este 27 de noviembre el aniversario 130 de la desaparición física de Mariana Grajales, madre de los Maceo y de todos los cubanos, vienen a la memoria popular las referencias que siempre hiciera Fidel Castro sobre esta extraordinaria mujer que está presente en la raíz del alma cubana.
Esta excelsa mujer ha representado siempre la valentía y el patriotismo de las madres y féminas cubanas, porque no escatimó la vida de los suyos por lograr el objetivo supremo de liberar su tierra.