Ramiro Guerra, con Decálogo del apocalipsis, quebrantó todas las reglas establecidas para las funciones escénicas. Quizá la más evidente sea la del espacio.
Autor: Vladimir Peraza Daumont
La primera obra postmoderna de danza-teatro cubana fue Decálogo del apocalipsis, del Maestro Ramiro Guerra.
En junio de 1959 estaban paralizados los trabajos que terminarían la construcción del Teatro Nacional de Cuba, no obstante, designan como directora a la joven filósofa Isabel Monal.
El teatro es siempre un reflejo de la sociedad, de la vida, por eso la problemática racial en Cuba, no le es ajena.
Desde el año 2016, Danzares está integrada por bailarines con edades que oscilan entre los 20 y los 82 años.
Es la primera pieza de teatro escrita por Maridelmis Marín Brito, quien contó con la asesoría de Serge Sandor, director artístico de Compagnie du Labyrinthe.
En esta coreografía compuesta por la maestra Lourdes Cajigal, el público jamás puede identificar torsos, brazos o piernas porque el cuerpo siempre está dentro de una tela.
La compañía danzaria Perro Callejero, dirigida por Enrique Álvarez y que apoyan la Asociación Hermanos Saíz y El Mejunje de Villa Clara, es conocida más allá de sus fronteras provinciales.